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MEMORIA DEI, DIRECTOR 7 que las eventuales deficiencias que aisladamente han podido ocurrir, tienen su fundamento en la expresada falta de personal, pues una súbita indisposición de alguno de los integrantes de un turno, dada la imposibilidad de completarlo, traía consigo trastornos muy lamentables. La Biblioteca Nacional se hace cargo, con sentimiento, de que toda re– ducción en el horario de atención al público repercute en molestias para este último, y confía en que la comprensión de las autoridades competentes del Por– tafolio le permitirá rectificar tan enojosa situación y, al otorgar los fondos ne– cesarios, volver a abrir las Salas con un horario amplio y cómodo para todo género de usuarios. DONACIONES En contraste, capítulo particularmente grato es el que se refiere al enri– quecimiento de los fondos de la institución mediante donativos de personas, insti– tuciones o Gobiernos extranjeros que comprenden el vasto alcance de un acto de esta índole. Estos testimonios de generosidad merecen siempre nuestro más pro– fundo reconocimiento, unas veces por tratarse de documentos o libros que de otro modo nos hubiera sido imposible conseguir, y otras por representar un gesto de alto civismo, digno de imitación y de encomio. Durante el lapso que cubre la presente Memoria hemos tenido la satisfac– ción de incorporar al patrimonio bibliográfico de la institución muy valiosas, pie– zas. El señor Ramón Aspíllaga, en recuerdo de su desaparecida esposa, ofreció llS documentos del sabio Hipólito Unanue; el señor Alfredo Correa Elías, que ya anteriormente había contribuido con importantes aportaciones, hizo entrega de un valioso conjunto de obras de Derecho Internacional y Diplomático; el señor Juan Ignacio Elguera obsequió un lote de ediciones de bibliófilo; el señor Alejandro Freundt Rosell donó tres volúmenes de manuscritos de alto valor; la familia del finado doctor Juan B. Lastres obsequió un conjunto de revistas médicas nacionales y extranjeras; el distinguido diplomático chileno don Juan Mujica de la Fuente remitió libros de interés para la cultura peruana consegui– dos en Santiago; el señor Félix Rizo-Patrón obsequió cien ejemplares de la serie Libros para Ancash; don José y doña Teresa Sabogal Wiese presentaron obras li– terarias de su señora madre, la distinguida escritora doña María Wiese de Sa– bogal, que no existían en nuestras colecciones; el doctor Luis Alberto Sánchez entregó, en calidad de depósito, una primera entrega del archivo de don Manuel González Prada, con documentos de interés no sólo para la biografía del que fuera ilustre Director de esta Casa, sino también de valor para la Historia re– publicana; el doctor Pedro Ugarteche ofreció un conjunto de publicaciones de carácter político, raras dado su carácter circunstancial y efímero, y finalmente, el doctor Alberto Ulloa, una vez más mostró su deferencia hacia la Biblioteca Nacional con el donativo de un importante lote de publicaciones jurídicas y po– líticas, aparte de una colección casi completa de la revista " Variedades" (42 volúmenes encuadernados). Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.18, 1968

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