Fénix 18, 3-53

10 FENIX de los cuales, v, gr. el depósito de periódicos y revistas, se halla a doscientos me– tros de distancia del respectivo salón de lectura. Dos soluciones, que en manera alguna son excluyentes entre sí, se ofrecen de inmediato; terminar la porción del edificio que quedara por construir en 1945, en la esquina que cae al Jirón Miró Quesada o levantar una o más plantas sobre las existentes, ya que en opio nión de los técnicos la actual estructura lo permite. Temporalmente sería de algún desahogo desde luego poder recuperar el subsuelo, ocupado desde hace tres lustros por el Museo de Reproducciones Ar– tísticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Aunque significa un grato huésped, es indudable que la urgencia de espacio hace cada vez más de– seable estar en aptitud de utilizar esa vasta área, que podía ser acondicionada para atender a los milIares de escolares que acuden a la Biblioteca y congestio– nan sus Salas, perturbando el orden y el sosiego que deben respetarse en amo bientes de trabajo intelectual. En dicho subsuelo se dispondrían servicios apro– piados a la idiosincracia de los adolescentes, con catálogos y colecciones ad-hoc, que les permitiría un mejor aprovechamiento de sus horas de estudio. También se hace cada vez más acuciante disponer de una partida en el presupuesto que permita acometer un vasto plan de renovación del equipo. La sustitución de las fichas deterioradas por cl uso del público; la adquisición de máquinas reproductoras "Friden"; la formación del catálogo general, y otros gastos tendrían posibilidades de ser cubiertos. Finalmente, es de todo punto necesario instalar dentro de la Biblioteca un taller de encuadernación, con el importante ahorro que esto traería consigo. Por lo pronto, se ha procedido a adquirir una guillotina, y es propósito ir pau· latinamente adquiriendo la maquinaria adecuada, recurriendo inclusive a la coo– peración extranjera, que se ha mostrado dispuesta a subvenir este requerimiento de la Biblioteca Nacional. Termino esta sucinta exposición de la marcha de la Biblioteca Nacional hasta el 30 de Marzo de 1968 poniendo de manifiesto, ante todo, el agrade. cimiento de la institución y el mío propio hacía todas aquellas personas que en el terreno oficial han hecho posible un desarrollo normal de sus actividades a lo largo del período reseñado. En primer término, me es particularmente honroso testimoniar nuestro reconocimiento por la forma tan decidida, comprensiva y cordial con que ese Despacho ha acogido todas las comunicaciones elevadas por el suscrito, tanto desde que el Portafolio está al cargo de usted, señor Ministro, como durante el período que lo desempeñaron sus predecesores, en el lapso que cubre la presente Memoria, a saber doctor Carlos Cueto Fernandini, Ingeniero Enrique Tola Mendoza y doctor Octavio Mongrut Muñoz. Los funcionarios del Ramo que por razón de su cargo han tenido que intervenir en algún asunto relacionado con la Biblioteca han rivalizado en efi– cacia y buena voluntad. Quiero en forma nominal mencionar aquí al Secretario General del Ministerio, doctor Próspero Ferreyros Pérez; al Director de Cultura, doctor César Miró; al Director General del Presupuesto, Jaime de Belaunde; al Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.18, 1968

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