Fénix 18, 54-152

MESAS REDONDAS BIBLIOTECOLOGICAS 83 Se envió un circular a ISO bibliotecas entre universitarias, públicas e ins– titucionales, con el objeto de conocer cuántas disponen de índice o boletín bi– bliográfico. Veintiséis de ellas respondieron, han sido analizados y hemos preparado, a base de las respuestas, una corta bibliografía, que adjuntamos al final de este informe. Esta corta relación no corresponde probablemente a la realidad en cuanto al número de boletines que se preparan en las diferentes bibliotecas consultadas, aunque de algunas que no los tienen, se han recibido respuestas explicativas re– ferentes a las causas por las que estos elementos de consulta y divulgación no aparecen. En algunos casos la razón es económica y en oportunidades es técnica ya que hasta han solicitado ayuda de esta clase para superar sus deficiencias. Otras veces se nos han enviado publicaciones de otro tipo, monografías y trabajos de investigación publicados por la institución, pero que no corresponden al fin señalado en nuestra encuesta. El resultado obtenido es evidencia de una sospecha muy fundada acerca de la carencia de información de que adolecen la mayoría de bibliotecas peruanas, no ya para el servicio interno asegurado con sus catálogos, sino como elemento de difusión entre los usuarios que no siempre pueden acudir a la biblioteca para enterarse del material bibliográfico que conforma la colección y acerca de las nuevas adquisiciones que la van enriqueciendo, sino como el medio de divul– gación extra institucional para conocimiento de lectores potenciales, o como me– dio para iniciar el servicio de cooperación hlibliotecaria. Los estudios en las ramas humanísticas, la investigación, el desarrollo de la técnica, producen una avalancha tal de información, que ninguna biblioteca podría por sí misma satisfacer los requerimientos de los diferentes tipos de lector que acuden para ser servidos. Sin la cooperación entre las bibliotecas, las personas que estudian, que investigan o que están usando sus momentos libres con propósitos más serios, verían obstruídos sus requerimientos bibliográficos. Te– nemos el ejemplo de países en los que con la convicción de una obligación en el suministro de estos servicios a la colectividad en cantidad suficiente y en eficiencia y claro disponiendo de mayores medios económicos, están logrando resultados verdaderamente satisfactorios. Disponen de catálogos regionales, cen– tralizados y en algunos países verdaderamente nacionales y la divulgación de 5U información es también enorme, tanto que aceleran y perfeccionan sus sistemas mediante la mecanización. Nuestro país no dispone todavía de estos elementos, los primeros indis– pensables, los segundos todavía utópicos, al menos al momento, para iniciarse en la cooperación interbibliotecaria. Como es de conocimiento general, las bibliotecas peruanas funcionan ais– ladamente, sin poder contar con una cooperación eficiente de parte de otras bi– bliotecas, a fin de satisfacer la demanda de sus lectores en lo que se refiere a libros y propias colecciones. Ni siquiera en las universidades, muchas de las cuales tienen sus colecciones técnicamente organizadas y en las que ya se nota Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.18, 1968

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