Fénix 2, 159-169
llas dos materias así como los de las ciencias auxiliares de ellas. Cuando los libros principiaron a llegar, comenzó el trabajo de darles ingreso, catalogar- los, clasificarlos, y prepararlos para ser luego colocados en los estantes. Fal- taba aun mucho por hacer, cuando se inició el verdadero uso de la biblioteca; precisó consultar libros de referencia y guías de revistas con el fin de lograr que los demás libros y las demás revistas resultaran verdaderamente útiles: hubo de consultarse folletos, bibliografías, publicaciones conerciales, catálogos de librerías y anuncios de los editores sobre datos recientes y relacionados con estas materias; llegaron hasta a hacerse consultas a los jefes de los departa- mentos o se enviaron notas a éstos para informarlos sobre los íiltimos datos publicados en relación directa con su especialidad, a fin de saber si eran de valor para la biblioteca. Finalmente, se llegó a pubiicar un boletín semanal en el cual aparecía una lista detallada de todos los libros que habían iagresa- do a la biblioteca durante ese período y además una lista de revistas conte- niendo artículos de actualidad y que podían ser útiles o beneficiosos para e1 personal sobre cualquier asunto de interés para éste. Pronto comenzó a .soli- citarse toda clase de ayuda de la biblioteca: informaciones sobre determinado asunto o problema de recopilación de bibliografías sobre determinados temas: traducción de alguna patente interesante publicada en alemán o frances o bien una urgente llamada telefónica solicitando de la biblioteca todos los artículos publicados en un período determinado sobre tal o cual cuestión. Si la biblio- teca no poseía estos datos, se esforzaba por conseguirlos recurriendo a las bi- bliotecas vecinas y que posiblemente podían tenerlos. Por lo general, se to- maba una copia fotostática del material prestado con lo cual se inició un nue- vo departamento, que consistió en un archivador. vertical para contener todo este material suelto, clasificado según el asunto de que trataba e incluyendo también en él toda clase de folletos, recortes, copias fotostáticas y aun artícu- los escritos por miembros del personal de la institución. El archivo no se catalogaba, era solamente clasificado, ya que dicho ma- terial no se tomaba en consideración y se clasificaba con el objeto de facili- tar su descarte, labor que se llevaba a cabo cada seis meses con el objeto de poner el archivo al día. Este "descarte" consistía en revisar los foliadores so- bre cada materia, eliminando aquello que fuera inútil o que hubiera caído en desuso y sacando las copias duplicadas a fin de no congestionar el archivo. Las consultas telefónicas desempeñan un papel importante en las biblio- tecas especializadas ya que los miembros del personal de la institución, en lu- gar de acudir a la biblioteca, llaman por teléfono para solicitar determinado informe de necesidad urgente. Generalmente también se atiende esta solici- tud mediante una o varias llamadas telefónicas, ya que la biblioteca muchas veces y en caso de ser necesario, recurre a otras fuentes de información en la ciudad, a fin de localizar el material requerido. A causa de este constante aumento en el servicio, la biblioteca de que es- tamos tratando tuvo que emplear un auxiliar, quien tornó a su cargo el traba- jo de catalogar, clasificar y ordenar los libros y de esta manera se logró que Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.2, enero-junio 1945
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