Fénix 2, 188-231
Es probable que esta profecía haya gustado al profesor de Lovaina tam- bién por su sentido lisonjero hacia la monarquía española. Pero nace, se- gún se ha visto, en forma orgánica, y casi se diría necesaria, de todo su con- junto de ideas acerca del Nuevo Mundo. Hay más: algunos años antes, la había enunciado casi con las mismas palabras, con el mismo calor de vatici- nio intelectual, un amigo queridísimo de Lipsio, uno de sus maestros espiri- tuales, aquél a quien él llamaba el Talete francés, con el que estaba en co- rrespondencia ( 1588), y cuya muerte ( 1592) lamentaba en más de una carta, - Miguel de Montaigne ". Cuando escribía a Lipsio, Montaigne había terminado recién el tercer li- bro de los Ensayos; y en él (publicado en 1588) Lipsio podía leer: "Nuestro mundo acaba de encontrar otro.. . no menos grande, llano y musculoso que él.. . Este otro mundo recién entrará a la luz cuando el nuestro salga de ella. El Universo caerá en parálisis; un miembro estará anquilosado; el otro, en vigor. . . " 37. Lipsio no comparte el entusiasmo del francés por el sencillo y sano buen sentido de los indígenas. Más de una vez Lipsio los Ilaaa "bárbaros", y se expone así el sarcasmo de Montaigne: "Nosotros bien podemos lla4marlosbár- baros, con respecto a las reglas de la razón; pero no con respecto a nosotros, que los superamos en toda forma de barbarie" Sin embargo, Lipsio repi- te las imágenes y hasta las palabras de Montaigne ("vigor" del francés, "po- tencia y vigor" del belga); y lo que es qpizás aún más significativo, piensa 61 también que América es un mundo infante, un mundo priciitivo y virgen, una tierra exhuberante que multiplica las simientes en opimas cosechas de granos y frutas, y sobre la cual retumba el paso enorme de ios gigantes ''9. 10.-Carácter propio del ataque de León Pinelo. Pinelo, jcómo podía, pues, creer o hacer creer que Justo Lipsio fuera un denigrador de América? Justo Lipsio, que alegorizaba la ascensión del nue- vo mundo justamente con el Sol del e(mb1ema y de los dísticos de Pirielo? Jus- to Lipsio, cuyas profecías del glorioso destino del I-femisferio Occidental no 3". LTPSII, Episfolarurn Selecfarum Centuria Prima ad Belgas, Amberes, Plantin- Moretus, 1605, ep. XV (pp. 14-15) y XXI (pp. 19-20), en la cual recuerda que posee al- gunas cartas del filósofo de Bordeaux. MONTA I GNE juzgaba a Justo Lipsio coino "el más docto varón que nos queda, de una mente muy refinada y juiciosa", y se felicitaba de que recogiese las opinbones de los filósofos antiguos acerca de la moral, sus controversias, etc. (Essais, 11, c. 12, ed. cit., 561; cfr. también la n. 5). 37 Essais, 111, c. 6, ed. cit.. p. 874. 38 Essais, I, C. 31, ed. cit., p. 217. 39 "Hace poco en el Niievo IVlr:ndo, cuando los Expañoles sernbrtiban sus árboles y ce- reales, es increíble cuánto creciriron: y dieron aiieses v frutos escrpcionalcs". Los gigantes existieron sin duda: lo coniprueban "!as reiiquias y los monurrientoj: a n t i g u ~ s y recientes, también en el Mundo Nuevo" (Pli:ysioiogiae Stoicortrrn libri I l I , cit., 111, diss. V, p. 151-156). Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.2, enero-junio 1945
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