Fénix 2, 188-231

15.-San Marcos y la Inmaculada Concepción. El celo católico y la devoción a María asumen en el Nypomne;lza una forma I~istóricamenteimportante y característica: la de una defensa de su inmunidad del pecado original. Con el orgullo del creyente, Pinelo recuer- da que la Universidad de San hllarcos no otorga ningún grado a quien no jure fe en la Inmaculada Concepción de María. Sin embargo, no era ésta por cierto una singularidad de la Universidad limeña. Ya desde 1439, en el Concilio de Basilea, la Universidad de Pa- rís, bajo la remota influencia de Duns E.scoto (Doctor Sutilis, justamente por su defensa de la Inmaculada Concepción) había abandonado su oposición a aquella doctrica y se había convertido en su calurosa pa r~da r i a . Más bien, antes de fines del siglo habia prescrito que no fuese proclamado doctor quien no jurara defender la tesis de la Inmaculada Concepción. I\/duchas otras ilus- tres universidades habíari seguido su ejemplo: Tolosa, Boloña, Nápoles, Co- lonia, Maguncia, Viena, kovaina, Bxford y Cambridge (antes de la Refor- ma ) , Salamanca, Toledo, Sevilla, Valencia, Coirnbra y Evora además de las universidades americanas de México y de Lima, se habían comprometido a garantizar obligatoriamente el unánime consentimiento y la intrépida difusión de aquella ardua sentencia mística y teológica, igualmente acepta a los espí- ritus sutiles de los doctores y a las aimas sencillas del pueblo devoto de Nues- tra Señora. Como reacción a la hostilidad de los protestantes hacia el culto de la Virgen, la Contrarreforma habia multiplicado los altares a la Madre de Dios. Y para ensalzarla vertiginosamente por encima de cualqüier otro mortal, ha- bía insistido en declararla exenta de !a mancha común del pecado heredita- rio. Toda la ciudad de Nápoles se habia co~npromerido en 1618 a defender aque: sacro misterio, diindo un ejemplo seguido, bajo el nombre de voto de sangre, por Arequipa en 1612 y por Lima mismd en 1654 72. Pero ya desde 1573 un convento limeño de monjüs se colocaba "bajo la advocación de la Inmaculada Concepción"; en 1617 se celebraban en la Ciu- dad de los Reyes fiestas solemnes en honor de la Inmaculada, y en 1619 la Universidad de San Marcos, por primera vez entre las americanas, imponía a los bachilleres en Teología la obligación dp jurar y de enseñar oralmente y por escrito "aver sido la siempre Virgen María, madre de Dios, Señora 7- E n 1638, Luis XIII consagraba a la Virgen el cristianísimo Reino de Francia. En 1655 la inmaculada era elegida Patrona del Reyno del Perú (MIIGABURU, o. c., 1, 36); y el Tribunal del Consulado as:1mi3 "por armas una Purísima con esta leyenda: María Con- cebida sin pecaclo original" (ROMERO, C. A., Dislnrbios Religiosos en Lima, Revisfa Nis- fórica, Lima I (1906), 276. Finalmente, en 1760 la Inrnacuiada era dcclarada Patrma de todas las posesiones de Espriia, incluyendo las ultrnmxinas: v. e1 ait. de Fred G. MOL- 'hTECK en The Catholic Encyelopedia, VII, 674.681. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.2, enero-junio 1945

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