Fénix 2, 188-231
una súplica que es todo un encomio de las virtudes intelectuales, morales y religiosas de Don Diego, se dirigía con gran dignidad a la Reina (Mariana de Austria, Reina Gobernadora durante la menor edad de Carlos 1 1 ) : "aun- que nunca sera mi estilo pedir a V. M. por nadie como Conde de Lemos, en esta ocasión ha de ser Don Diego excepción desta regla, y puesto a los pies de V. M. con toda obediencia, suplico a V. M. honre á Don Diego de León con una plaza de Oidor deséa Real Audiencia, que ninguno más dignamente la ocupará en las Indias, y en verdad señora, que pocos en España, porque e s docto, virtuoso, trabajador, limpio, y cuantas buenas prendas constituyen un buen ministro, las tiene, en verdad, Don Diego" Pero ni el augurio del lisonjero Aparicio, ni la ferviente recomendación del Virrey eran suficientes para que el "marrano" Don Diecjo lograra obtener el ambicionadísimo cargo. 18..--Elogios d e los contemporáneos. El Nypornnerna, una réplica que, en sustancia, es toda una larga digre- sión, animada por flechazos polémicas incidelitales, despertaba el entusiasmo inmediato de los colegas y conciudadanos de Diego de León Pinelo. El Vi- rrey Mancera se apresuraba a recomendar el Autor al Soberano como "uno de los mayores letrados que hay acá", y capaz de desempeñarse "en cual- quier plaza de la Audiencia del Pirú" "". Y a su libro, siguiendo la cordial costumbre de aquellos tiempos, prologaban alabanzas y adhesiones destina- das a reforzar su tesis. Pero lo más curioso es que este coro de espíritus menores casi ni alude a las disertaciones legalec, ni tampoco a la descripcián de la Universidad, que llenan casi todas !as páginas del libro; más bien apo- yan ruidosamente la polémica en defensa del Nuevo Mundo, y coritra Jusio Lipsio. Claro es que esta parte era la que provocaba mayor interés, tanto por su novedad como por su significado "patriótico" americano. Después de los genéricos e hiperbólicos elogios de los revisores, el Dr. D. Andrés de Villela y el j?adre agiistino Fr ay Juan de Ribera, que exaltan las benemerencias académicas de Pinelo y le prometen nada menos que la in- mortalidad, el recordado mercedario Fray Luis de Aparicio "!", profesor de teo- logía, alababa a Pinelo por haber perpetuado "la fama de toda esta riquísima región del Perú, así que las edades futuras no toleraran otros Lipsios que se atrevan otra vez a tachar de ignorancia y de barbarie a sus cultísimos Iiabi- tantes"; y sólo le reprochaba el no haber sido más enconado y feroz en la po- lémica: "había leído que Justo Lipsio habia tachado de barbarie este Nue- vo Mundo; y todo convulso de una violenta cólera contra ése, me auguraba MEDINA, Irnpr. en Lirna. cit. 1, 400-1. Ida súplica era apoyada por los oídores y reiterada p3r el mismo Virrev en 1669 (ibi, 1, 401-2). Carta del 15 de julio de 1648, en MEDINA, Irnpr. en Lirna, cit., 1, 391. " Datos bickbibliogrAficos en SAN CRISTOVAL. Evaristo, Apéndice al Diccionario Nisfórino-Biográfico del Perú, 1 (Lima, 1935), 89-91. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.2, enero-junio 1945
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