Fénix 2, 188-231
19.-Olvido de la posteridad. Tantas promesas de gloria caían, por desdicha, en el olvido. Don Die- go se consagraba a la rofesión legal, a la enseñanza y más tarde a sus ta- P reas administrativas de rector y de protector de los indios. Los escasos ho- norarios ni siquiera le pecmitían hacer imprimir los manuscritos de su herma- no Antonio 92. SUS súplicas quedaban sin respuesta. Y sin réplica, por su- puesto, quedaba su ataque al filológo belga, sepiiltado ya desde 1606. Enfermo de gravedad en 1652, Don Diego no publicaba casi nada más que breves escritos de ocasión, con motivo de las fiestas en honor de Santa Rosa y de la muerte del Rey Felipe IV 93. Acerca de su misma muerte, acae* cida en marzo de 167'1, el diligente diarista Mugaburu ni siquiera se preo- cupaba de dar noticia, o, según parece más probable, la ignoraba intencio- nalmente. Junto con sus hermanos, Don Diego era honrado coa las poéticas exequias de dos gélidas octavas en la Lima Fundada de Peralta Barnuevo "". Pero del singular Hypom.nema Apo10,geficum se perdía pronto la memoria. Todavía en 1657, Fray Bernardo de Torres, en su Crónica de la Provin- cia Peruana del Orden de 20s Ermitaños de San Agustin, lo elogiaba como "libro de pocas hojas, pero mucho valor porque en él son más las sentencias que las letras" ", a proposito del elogio que Pinelo hace en él del agustino luan de Riveran6. Pero deliberadamente lo ignoraba, cuando, pocas páginas an- tes, recordaba las universidades de las cuatro partes del mundo, y "los tla- mascaqws de México, los amautas del Perfi, Sabios de la América en su gen- 92 MEDINA, J. T., La Imprenta en Lima, cit., 1, 396; EGUIGUREN, L. A., Dicc. Hisf. Cronol., cit., 1, xxvi; LEWIN, B., o. c., 38. Sobre sus precarias condiciones Einan- cieras, quizás exageradas para alejar la avsricia de los inquisidores, v. los agudos y doctos comentarios del dr. R. PORRAS BARRENECHEA, al testamento por él descubierto y eLitado. También el padre, D. Diego López de León, subrayaba en su testamento la exi- güidad de sus recursos económicos. José Eusebio LLANO ZAPATA supone (en Memo- rias Histórico-Físico-Apobgélicas de la América Meridional, Lima, 1904, carta del autor al Dr. D. Gregorio Mayans y Siscar, 1758, pp. 547-8) que Antonio de León Pinelo enviase a su hermano Diego "catedrático de prima de leyes en la Univ. de Lima, y ministro togado en su Real Audiencia", el manuscrito original, en dos tomos en folio, de su Paraíso en el Nuevo Mundo, manuscrito que en 1753 el arzobispo de Las Charcas, d. Cayetano Marcalla- no de Agramont, rega!aba al mismo Llano Zapata; cfr. J., TORRE REVELLO, en Revista de Historia de América, n. 13 (1941), 8-9 y nn. " Algunas muestras de las ciento y treinta "poesías" recogidas en la Relación de las exequias de Felipe IV, por el "erudito" Don Diego son exhibidas por BOLOÑA, Elea- zar, La Literatura Peruana del Coloniaje, en Anales Universitarios del Perú, t. XVIII (Li- ma, 1891), pp. 83-85. Cfr. MENENDEZ PELAYO, M., Hisf. dc la poesía hispano-ameri- cana, 11 (Madrid, 1913), 187-8. " Canto VII, oct. 155-156. Ultimo y pálido honor: la ciudad de Córdoba le dedica- ba una de sus calles (MARTINEZ VILLADA, o. c., 488). "j O. c.. Iulian de los Santos de Saldaña (el mismo tipógrafo del Hypomnema), fin de mayo de 1657, 1, c. xlii. p. 232-3, con profusión de otros cumplidos a Don Diego "sa- pientissimo Dotor" y "sugeto eminente". Cfr. MONTALVO, F. A., El Sol del Nuevo Mundo, cit., 91. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.2, enero-junio 1945
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