Fénix 2, 188-231
honor del culto de María (1603-4) y a la historiografía oficial por ei,carco del Rey de Espaga. Muchos rasgos típicos del humanista del primer Rer>.aci.mientoreaparecen en 61, casi indiferente a los problemas de la conciencia, más melancólico que apasionado, áspero en la poIémica (murió de un cólico hepático), absorto en el estrecho mundo de los textos latinos, de las variantes y de las menudencias anticuarias, y o r g~ l l c sode su doctrina, de la que alardeaba y se ufanaba con frases casi de acr6bata y prestidigitador: desafiaba a ser interrogado sobre m < cualquier pasaje de 1 acito, con un puñal apuntado sobre el pecho, que el exa- minador podía hundir si fallaba ? AAún en sus postrimerías, barruntando el ata- que que habría en breve de conducirio a la tumba, el impenitente Iatinista gri- taba un macabro chiste: " A d lectrrnz! ad Lethum!". A la cama, a la muerte! Más tarde, la leyenda de su erudición alcanzó extremos grotescos: se narró que había compuesto una obra el mismo día en que nació; y hombres doctos discutieron sutilmente cómo esto debía entenderse, sosteniendo Nicio Eritreo que la anécdota se refería al primer día de su vida racional y que la obra era una poesía. Pero, con mayor cordura contestó el Tío Toby a Yo- rick, quien le citaba aquella prueba extraordinaria de precocidad del lactante Lipsio: "Hubieran debido limpiarlo, y no hablar más del asunto" 4. En su tratado de política, -mediocre e incongruo conglomerado, o mejor, centón, como lo llama el mismo Lipsio y como lo calificó iwontaigne 5 de ideas estoicas, tacitianas y maquiavélicas, pero dedicacio por e1 autor al Emperador y a todos los reyes y príncipes de la tierra,- puramente por celo y énfasis li- terario, Justo Lipsio, que vivía entonces en la libre y tolerante Holanda, ex- hortaba a extirpar a los hetesodoxos ccn el hierro y con el fuego. Y a las ob- servaciones de las autoridades contestaba en efecto que la frase incriminada "Ure, seca", ''Quema, corta", no era otra cosa en su intención que una vigo- rosa metáfora sacüda del arte medica.. . ". No sin razón, Pedro Bayle, el gran defensor de la tolerancia filosófica y religiosa, se lanza contra estas "absurdas tergiversaciones", y juzga el iibro en "u pretensión de conocer :i Tscito mejor que el mismo T5cit.0, y su "idoíatril" por el historiador latino ya fueron satirizadas por Traiano BOCCALINI (1612), en el XXIII y en el LXXXVl de sus Rcíafos del Parnaso (Prirnera Centuria), respectivamente. 4 STERNE, Lawrence, Thc Life and Opirzicns of Trisfram Sha.rdír, cap. 163, cd. Lom- dres, 1817, 381. Hay centones "que se publican como centones" y que demcestrzn el ingenio del compilador, "como hizo Lipsio en aquel docto y trabajoso tejido de su Política" (Essais., 1, 26, ed. Pléiadc, 159). 6 En el De Una Rcligione Advcrsus Diaiogisfam liber, in quo fria capifa Iibri quarfi Polificorcinz cxplicantur, Amheres, Plantin-Moretus, 1604 (1 edic., 1590), Justo LIPSlO la- menta y trata de justificar la imprudente expresión: "Quema, Corta; Gh palabras nacidas en una tempestad! Ojalá hubieran perecido ellas y la misni?. pluma cuando las escribí. Y, sin embargo, si las consideramos racionalmente, jen qué pecan? Se trata de una expresión sacada de los usos de la medicina antigua, que cortaban en una úlcera o en una herida, y despues para detener la sangre qiirmaban. . . ¿Que es, pues. lo qiie qiiier,o? No, cizrtan1en:e. enviar a todos en s e g ~ i d aal fierro y al fuego, oh buen lector, no, sino que cada uno sea constreñido y castigado según la medida de sii delito". Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.2, enero-junio 1945
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