Fénix 2, 232-248
CRISIS EN LA CATALOGACIÓN 233 copia ciega, con un sentido de lucidez, de cautela u de realismo. En suma, pues, insistimos en que la aptitud bibliotecaria no viene del excltzsivo amor a los libros, o de la imponente erudición, o de la fertilidad imaginativa. Debe reszzltar de un adecuado entre- namiento. Ningún bibliotecario debe hacerse la ilusión de que es o puede ser un Cristóbal Colón. Por otra parte, dicha preparación, cuidadosa y ~e r i a ,con10 es preciso que sea, debe estar acompa6a- da por la vigilancia perenne para saber caminar firtnemente por los propios e infransferibles senderos, dentro de un ritrno que corres- ponda nó U¿ de la ciencia de las bibliotecas de un próximo o remoto pasado, sino conociendo el que ella lleva, de acuerdo con el dina- mismo que es una de sus notas más vitales, en el motnento actual y frente al porvenir. IXn sabio bibliotecario alemán ha vinculado al catalogador y al director de la biblioteca en una labor común que persigue un doble propósito: econo- mía de trabajo y de costo junto con la mejor utilización de los recursos de la biblioteca. Este propósito, piensa él, se expresa en diversas clases de traba- jo cooperativo, conjunción de intereses afines y formulación de objetivos. De- be desarrollarse con prudencia, dice, con objetivos limitados y de manera tal, que no se destruyan más valores de aquellos que son cread0s.l Este ideal lo expuso en un capítulo titulado "Tareas Futuras". En un tiempo, no muy lejano, el catalogador y el director de la biblioteca trabaja- ban lado a lado. Sin embargo, últimamente se han separado, de modo que su colaboración más estrecha debe plantearse como una de las urgentes labo- res de1 porvenir. Muchos problemas nuevos de administración han tenido muy absorbido al director, y los catalogadores, a su vez, han tenido dema- siado trabajo; de allí el que los directores sepan cada vez menos de catalo- gación y los catalogadores, *menosde administración de bibliotecas. En ade- lante el director se verá forzado a otorgarle mayor importancia a la catalo- gación, que se ha convertido en un problema de primer plano. Ni el catalo- gador ni el director pueden resolver separadamente muchos de los problemas. La colaboración es esencial y por ello, los directores deben saber más de ca- talogación y los catalogadores, más de administración. Esto no quiere decir que los directores deban ser catalogadores, pero si es un hecho que existe una urgente necesidad de catalogadores que conozcan los problemas adminis- trativos. El director necesita saber lo suficiente de catalogación como para ser capaz de vigilar sagazmente la orientación de su respectivo departamen- to. Por consiguiente, si se considera el internado como un elemento posi- ble para la forrnación de directores de bibliotecas, sería niuy provechoso que estos estudiantes pasaran un año en un buen departamento de catalogación. \ Otro sistema podría consistir en que los futuros directores estudiaran los pro- blemas del departamento de catalogación en un curso de segundo año de es- ta materia, en aquellas escuelas bibliotecarias donde este curso superior fue- Rudolf Kaiser, en Fritz Mullkau, Handbuch der Bibliothekswissenschaft, 11 (Leipzig, 1933), p. 318. (N. del A.). Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.2, enero-junio 1945
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