Fénix 2, 249-263

sodia, o el conocimiento de las cantidades de las sílabas, denominación, formación y mesura de los metros más usados en la versificación latina, saldrán fiel~nentetraduci- dos a continuación de sus reglas. A petición del autor, las autoridades del ramo someten a estudio la Cra- mática Latina así reformada por José Pérez de Vargas y, en vista de los in- formes emitidos, deciden recomendar su uso a todas las escuelas de la Re- p~b l i ca . ~" Se puede apreciar, en consecuencia, que ei trabajo honesto y continuado trasciende del aula, hacia la prensa y el texto, y alcanza efectivo aprecio de los alumnos, la opinión pública y los superiores jerárquicos. Pero su invívito humanismo mantiene en la acción a aquel maestro. Toda obra humana es para él perfectible y el aplauso conquistado es sólo un halago tra~lsitorioque la rutina puede conducir al olvido. Su plantel es, por eso, un animado cen- tro de cultura, que auspicia conciertos de la última música europea y vela- das literarias. En su inquietud luce aquel divino fuego que jamás dejaron extinguir los griegos; aqriella hermosa y juvenil fortaleza quc infunden los universales y eternos valores: la belleza, la verdad y el bien. Nuevas orientaciones educacionales habían hecho su aparición en 1841, desplazando el humanismo clasicista e imponiendo la devoción liberal que sefiorea durante las décadas de nuestro período romántico. Obvio es que José Pérez de Vargas debía percibirlas claramente, pues demanda la total reforma de la eriseñanza del latín. Pero aquellos no pueden ser arios de bre- ga para él. Tristezas y dolamas consu.men Ientamente su vida. Aún los alumnos son ya escasos en su aula, pues sólo 10 la frecuentan en 1850 y 1851, y 25 en 1852 y 1853. U los amigos reclaman para sus últimos años el re- poso; 61 I-Ioy que la República goza de perfecta paz y que se encamina hacia el verdadero progreso, Ilamamos la atención del Supremo Gobierno (h)acia el señor Pérez (de Vargas), que habiendo prestado tan grandes servicios tiene, no obstante lo avanzado de su edad, que trabajar para merecer (una) xezquina renta. El texto de la Resolución Suprema en la cual se hace tal recomendación, aparece en el apéndice. 60 El maestro Rafaei Pantanelli, llegado al Perú con una importante compañia de ópe- ra, dirigió, en la sala del Museo Latin'o, tres conciertos de música vocal e instrumental, que se llevaron a cabo el 18 y 25 de mayo y el 8 de junio de 1842. E n los programas se in- cluyeron escogidos fragmentos de Bellini, Rossini y Donizetti, cuyas obras se hallaban en- tonces en pleno auge. El abono a los tres o~nciertos,con derecho a asiento numerado, costó cinco pesos; y dos pesos la entrada a un concierto. E n El Comercio de aquellos días puede verse los anuncios respectivos. Véase 119. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.2, enero-junio 1945

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