Fénix 2, 249-263
Colegio de la Libertad, y encomendó el estudio de su reforma y ampliación a José Ignacio Moreno, su propio rector.17 La reforma se inspiró en una tendencia iguaiitaria y relativamente demo- crática, al procurar "que los l~ijosde los antiguos indígenas tengan la misma educación y rango que los de ios españoles que despuCs le poblaron". Y es probable que en e!a cooperase José Pérez de Vargas, a quien el 20 de abril de 1825 se había nombrado "inspector jeneral de las escuelas de primeras le- tras según el método común y tarnbién de las de latinidad".4s Consta en dos decretos promulgados el 20 de setiembre de 1825: por el prlmero se es- tableció que el Co!egio de la Libertad fuera incorporado al Convictorio d e San Carlos, cuyo nombre sería en adeiaxlte Convictorio de Bolívar, "pues este ilustre apellido que honra Repúbliias y ciudades, debe también distinguir al primer plantel literario del Perú, donde los historiadores y poetas que allí se eduquen, lo perpetúen con gloria en sus plumas reconocidas"; y por el segundo se restauraba los estudios de humanidades, creándose al efecto un Museo Latino, cuya dirección se encomendó a José Pérez de Vargas, De acuerdo con los antecedentes inmediatos, el Museo Latino fué crea- do con tres aulas. Su orden tradicional fué, sin embargo, radicalmente al- terado, para remediar "el grande descuido que se advierte en la Sintaxis, or- tografía y pronunciación" de la lengua castellana. La primera aula quedó consagrada a los principios gramaticales de esta lengua; la segunda, a la Mor- fología y la Sintaxis latinas; y la tercera, a la versión del latín al castellano, así como a la Retórica y la Poética, escuelas de la elocuencia que aún debía fomentar la enseñanza, por suponerse que de las aulas saldrian los legisla- dores y magistrados de la naciente república. Rara el establecimiento del Museo Latino se reservó la "casa de la Cas- carilla" o "enfermería de San Pedro", situada en el predio aledaño a la "casa de estudios". Pero en ésta quedaron las dos primeras aulas, en tanto que la tercera y tal vez la residencia del maestro José Pérez de Vargas fueron ins- taladas en aquella. El salon principal, expresamente decorado, imitaba el templo de Minerva, pues en sus rr,uros estaban perennizados los maestros que Grecia y Roma vieron florecer en los diversos géneros literarios. Con inti- ma unción penetra en su recinto ]osé Joaquín de Larriva, y comunica a la pos- teridad ly que E s el museo un largo y anchuroso salón, capaz de contener doscientos jóvenes, y en cuyos altos muros ha imitado el pincel, con la mayor perfección, una arquería magnífica que por todos lados le cerca, y le embellece. Sobre hermosas columnas de orden dórico, descansan estos arcos: y en cadí! intercolumnio se deja ver, copiada d e los mejores modelos, la imagen venerable de uno de los principales oradores o his- toriadores o poetas de cuyas plumas divinas se formaron Iris alas con que han volado 47 Decreto citado. 48 Ta l non~brrim~ento fué snunciado en el número de la Gacela del Gobierno corres- pondiente al 5 de ma y o de 1825. 49 Ve a s e 108. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.2, enero-junio 1945
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