Fénix 2, 249-263
ficados a los alumnos que hubieren obtenido mayor número de notas sobre- salientes o aprobatorias, quienes con tal documento recabarían en la prefec- tura las medallas de oro y de plata otorgadas por el gobierno. Tales usos y distinciones halagaban, desde luego, la vanidad de los pa- dres que confiaban al Museo Latino la educación de sus hijos. Porque la presentación a examen público scponía el éxito del alumno en las numerosas pruebas de selección que el maestro practicaba durante el año, y que, en casos de notoria incompetencia, podían originar la remoción a un aula de grado inferior. Así, vemos que José Pérez de Vargas presentó cinco, doce, seis, nueve y ocho alumnos en 1827, 1829, 1830, 1845 y 1848, respectivamente; y, sin embargo, 40 alumnos concurrían a su aula en 1830, 48 en 1838, 44 en 1840, 64 en 1841, 50 en 1842 y 70 en 1846. Se diría que la severidad incremen- taba la estimación de que gozaban los estudios del Museo Latino y que el austero ejemplo del maestro daba frutos lozanos. No faltó quien contemplase a la distancia tan proficuos trabajos y, al- guna vez, quisiese echar sombra sobre ellos. Recordamos ahora a un anó- ni,mo inquisidor, que en cierta ocasión pretendió someter a prueba la repu- tación que acreditaba a José Pérez de Vargas como el más notable latinista de su tiempo, y dirigió una maliciosa cartita al editor del Mercurio Pe- ruano : 55 Sírvase U. decir al traductor de los versos Iatinos con que U. nos favorece de cuando en cuando, que tenga la bondad de traducir el siguiente epitafio de Rafael de Urbino, que está grabado en su tumba, en el Panteón de Roma - Hic est ille Raphael, vinci quo sospite timuit Rerum magna parens, et moriente, mori. Se lo agradecerá muy de verás sil apreciador. X. Y . 2. Sospechamos que el maestro rezongaría al sentir hostigado su celo por quien cal vez fuera un mal colega, pero que reiría íntimamente al concebir los irónicos términos de su respuesta: 5G Tcngo la satisfacción de rpmitir a ustezes en el acto la versión del Epigrama la- tineo, que por el apreciable órgano de ustedes se me ha pedido en este día. Con tan loable ocasión suplico a ustedes se sirvan darle en mi nombre las más expresivas gra- cias al ilustre literato, que tanto me honra creyendo que a pesar de mis escasos talen- tos, sea capaz de expresar en castellano e1 delicado y sublime concepto que encierra en si el distico latino: Hic est ille Raphael, vinci qilo sospite timuit Rerum magna parens, et moriente, mori. 5"ercurio Peruano: Lima, 6 de junio de 1832. 56 Mercurio Peruano: Lima, 7 de junio de 1832. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.2, enero-junio 1945
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