Fénix 2, 286-296

eliminar ese elemento sicológico dañino que dejan en la mente de los hom- bres las semillas maléficas de una cultura orientada al mal, porque no se pue- de negar eli importante rol que en los graves acontecimientos que vive la hu- manidad, ha desempeñado lo que podríanlos llamar una cultura orientada. Asi la guerra, es, ante todo, una consecuencia de una concepción especial del rol del individuo dentro de Estado y en el Universo. Contra esa cultura hay que reaccionar. No voy a poner para fundamentar esta verdad, ejemplos de paí- ses lejanos (como el odio sembrado por los líderes del Tercer Reich, en Ale- mania contra la Gran Bretaña, Francia y en general contra los países demo- cráticos), sino naciones más cercanas a nosotros, países unidos por los víncu- los más fuertes que existen y fraguados en la prueba de sangre de nuestros libertadores, están sus corazones llenos de odio, por la propaganda que se ejerce en esos países, por medio de libros, etc. Ya el artículo 2 del Pacto de Dumbarton Oak (1944) dice, acerca de su finalidad: "Fomentar la amistad entre las naciones y tomar medidas adecua- das para mantener la paz universal". Un pensador ha dicho: "Así como la guerra se prepara con una cuida- dosa propaganda para exaltar los sentimientos agresivos, la paz debe conse- guir el "desarme de los espíritus". La futura Unión Permanente de Nacio- nes vigilará los programas educacionales, los textos escolares, las leyes de educación, libros, novelas. Es decir que ahora la orientación guerrera debe ser suplida por otra orientación de una cultura de sana convivencia, de coope- ración, de solidaridad, es decir, de paz. Los individuos y las naciones son plenamente libres, pero ni los hombres ni las naciones son libres para dañar y realizar actos ilícitos en detrimento de sus semejantes. Así también lo establecen todos los proyectos de Declara- ciones de los Derechos y Deberes de los Estados y de los Individuos. Pode- mos remitirnos a la Declaración del Instituto Americano de Derecho Inter- nacional, formulada en 1915. La declaración del Profesor La Pradelle en el seno del Instituto europeo de Derecho Iilternacional y finalmente, el proyec- to de Declaración del Gobierno de Cuba, presentado a la Conferencia de Méxi- co últimamente. Así como los Gobiernos vigilan y reprimen a los ciudadanos de seis Esta- dos para que no sea alterada la paz jurídica. Asimis,mo la nueva organiza- ción Internacional vigilará los actos de Ias Naciones. Volviendo al tema la Oficina de Registro Interamericano de que me ocupo, ai inscribir y trasmitir- lo a los demás Registros Nacionales, tiene que examinar su carácter y comu- nicarlo al Comité de Cooperación Intelectual. Este Comité, es el mismo que antes de la presente guerra formaba parte de la Sociedad de Naciones y que en la formación de la futura organización mundial tiene su sitio asegu- rado según los proyectos de Durnbarton Oak, y cuya relación con los organis- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.2, enero-junio 1945

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