Fénix 2, 312-352

ESCUELA DE BIBLIOTECARIOS (1945) 1.-Antecedentes de su organización, Al terminar el Curso de 1915, quedó de inmediato planteado el poblema de la formación del futuro personal de la Biblioteca Nacional, siendo eviden- te que con los 14 nuevos funcionarios recien egresados, no podría hacerse irente al creciente trabajo durante mucho tiempo. Rápidamente se hizo sen- tir la necesidad de más catalogadores y en consecuencia estudié las posihili- Jades de dictar un nuevo curso. Insisto en mi tesis ya sostenida acerca de la urgencia de una ley que ampare Ia profesión de bibliotecario, para que los certificados otorgados por la Escuela, sean requisito indispensable de ingreso al servicio de una biblioteca pública. N o es fácil, 11i es tampoco justo exi- girle a un alumnado muy seleccionado al que hay que pedirle la dedicación completa de su tiempo durante un año, que trabaje sin esperanza alguna de empleo futuro remunerado, aunqde sea modestamente. Por lo tanto, no po- día tratarse en ningún momento de d i c t a un curso completo; a la razón ya aludida se añadían otras de no menor importancia, concernientes al profeso- rado y al local. El primero sólo podía encontrarse entre los alumnos recién egresados de la Escuela. Preciso es reconocer que constituía una aventura lanzar por es- ta vía a quienes únicamente habían recibido una enseñanza de 6 meses ( a la que se agregó, en la especialidad de catalogación y clasificcción los 2 meses que el Dr. Aguayo permaneció en Lima organizando el Departamento de Ca- talogación y los varios meses de intensa práctica diaria). Felizmente, debi- do a ia conmoción que produjo en el país el incendio de la Biblioteca Nacio- nal, el interés público hacia ella se despertó en fornia inusitada y con este motivo, formaron parte del alumnado del primer curso varias personas con ni- vel cultural superior, que a veces sin necesidad de trabajar aquí, decidieron por civismo o interés intelectual dedicarse a la profesión. Por ello es que la Bi- biblioteca Nacional cuenta con algunos funcionarios de una categoría media muy superior al de otras oficinas y fué también por ello que me animé a ten- tar la experiencia actual. Fué preciso, sin embargo, reducir el volumen del alumnado y limitar el número de cursos, por razones que explico más adelan- te. Además, la labor que se lleva a cabo en la Biblioteca es tan intensa y ur- gente que su personal no puede consagrarse, más de lo que lo hace, a la labor docente. Una pequeña suma mensual ha sido destinada dentro del presupuesto in- terno de la Biblioteca para cubrir los honorarios del profesorado y otros gas- tos. El Curso de Catalogación y Clasificación lo dicta la Srta. Carmen Rosa Tola, jefe del Departamento de Catalogación de la Biblioteca Nacional, a Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.2, enero-junio 1945

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