Fénix 2, 312-352

LA BIBLIOTECA NACIONAL DE LIMA 1943-1945 315 sitar el material bibliográfico que se iba extrayendo. Inapreciable fué en esos días la ayuda que co~momiembro de la Junta Pro-Desocupados prestó genero- samente para el rescate de las obras diseminadas en los escombros el Dr. Enri- que Dammert Elguera. Dicllo material hallábase casi siempre en desfavorables condiciones, des- pués de haber soportado e! dario proveniente del incendio, el agua de las bom- bas y la humedad del clima durante más de un mes. Habían papeles que- mados, apeles quemados y semi-quemados que estaban además mojados, y papeles tan sólo mojados. Para proceder a la desecación, se solicitó la ayu- da del Cuerpo de Engenieros de Mrnas, el que designó al Ingeniero Roberto Dammert Tode para que procediera a instalar un aparato especial. Este aparato, que fué traído para secar con rapidez el edificio del Palacio de Go- bierno en 1938, era entonces propiedad del Ingeniero Roque Vargas Prada quien 10 cedió generosamente, y funcionó con motor eléctrico de 2 1-IP, propie- dad del Cuerpo de Ingenieros de Minas. Merecen igualmente gratitud los abnegados esfuerzos del ingeniero Dammert Tode. Los empleados fueron divididos en tres grupos: uno de ellos se dedicó a buscar por el sitio donde se guardaban manuscritos y obras valiosas; otro por el salón donde habían estado las estanterías de los periódicos nacionales; y otro estuvo en relación con las restantes obras. Fué éste un examen minu- cioso de los escombros para evitar la pérdida de cualquier papel de valor; luego se separaron y agruparon las obras, para remitirlas finalmente a los anaqueles correspondientes. Los residuos eran hurgados nuevamente, por se- gunda y aún por tercera vez, por distintos grupos de empleados con el fin de impedir la pérdida de cualquier documento de valor. En esta labor que, por necesidad, fué lenta y penosa, fueron empleadas varias semanas hacién- dose incesante despliegue de abnegada buena voluntad. La historia de la Biblioteca Nacional no debe olvidar a quienes a costa de cotidianos sacrifi- cios, lograron presentar especies de incalculable importancia: Ella Dunbar Temple, Alberto Tauro, Alejandro Eostaunau, Andrés Viccina, Jorge More- no, Germán 'ldnivazo, Eduardo Martínez, Absalón Infante, Edmundo Cornejo. Quedó implantado además un sentido de orden en la contabiIidad y en la correspondencia. La Secretaría General de la Biblioteca a cargo del Dr. Luis F. Xammar, comenzó una actividad epistolar tan intensa que en menos de una semana fué agotada la cantidad disponible de papel y que se suponía po- dría durar varios meses. En el salón de duplicados de revistas y periódicos se comenzó a hacer una labor de limpieza y arreglo. En ella colaboró du- rante algún tiempo gentilmente erxi grupo de señoritas voluntarias de la Cruz Roja Peruana, dirigida5 por la senorita Josefina Tudela Barreda. Las listas de nianuscritos, l~bros,folletos y periódicos salvados se han publicado sistemáticamente en el "Boletin" de la Biblioteca. La hisioria in- terna de la preservación de cada uno de ellos podria extender demasiado el presente documento. Algunos aislados ejenplos podrían, sin embargo, mos- trarse. El periódico "El Intérprete" que en 1836 redactó don Felipe Pardo y Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.2, enero-junio 1945

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