Fénix 2, 353-363

mexicano, sin desentenderse de lo universal, pero el escritor, el homhre de los sesos de oro sólo recibe retribiición en cobre. Acaba de celebrarse en aqiiella metrópoli la Tercera Feria del Libr.9, el Periodismo y la Radio, con la conciirrencia de cinco paises que s:ipirron aprovechar la oportunidad que se les brindaba a Fin de que hicieran, aunque modcstriinente, un acto de presencia de su ca- pacidad editorial. En ella se acostumbra dar a conocer las nitiestras que liablan incjor de ias artes gráficas, descle el si.jlo XVI hasta los libros que se pnncn al ;ilcance de todos y !os que no han tenido fácii demanda en el mercado. Acuden también todas las instit~cio- nes públicas qiie custodian algunas de 12s valiosss reliquias que engolosinan la ciiriosidad de los bibliófilos y los eruditos; y en esta vez, alternando c.un los sitios reservados a las instituciones periodísticas y las radio-publicitarias. estaban los pabellones de la URSS, Bra- sil, Cuba, Colombia y República Dominicana (siendo 76 el total de expositores, sin incluir las instituciones oficiales). N.3 perdemos la esperanza de contar con la presencia del Pe- rú en el próximo certamen y de otros pueblos amigos que están de acuerdo en que el li- bro es uno de los soldados auténticos de la democracia. Para llevar a cuinplimiento esa aspiración se cuenta ya con una magnífica serie --"El pensamiento de A~ilérica"- en que la Secretaria de Educación ha sabido c.oncentrar, revalo- rándola, las mentes inás fúlgidas que en nuestros pueblos han luchado por la grandeza hu- mana y que dan la tónica de nuestro fermentario espiritual: Bolívar, Lincolil, Bello, Sarmien- to. José del Valle, Emerson, Montalvo, Hostos, Lastarria, Marti, G.nnzá1ez Pradc, Rodó, Dario y Ruy Barboza. Se contempla la posibilidad de que en ella podar;:os ver muy pron- to la estatura de otros próceres de la mentalidad americana que vivieron en constante erup- ción: 1.3s inexicanos José Maria Luis Mora, Ignacio Ramírez, Ignacio Maniiel Altamirano y Justo Sierra; los centro-americanos Alberto Masferrer y Oniar Dengo; el ecuatoriano Vi- cente Rocafuerte; los peruanos Manuel Lorenzo de Vidaurre y José Carlos Maritifegui; y luego Alberdi, Rio Branco y Vaz Ferreira. No tenern.3~noticia de que antes de ahora se haya emprendido la tarea de recnir, en un haz, tantas insignes espigas, para cuya escogencia se ha invitado a quienes conocen a foildo la intimidad de su pensamiento. Esa biblioteca, a buen seguro ganar5 prestigio más rotundo que el que obtuvo aquelía colección de clásicos mediterráneos, editada por la Uni- versidad de Mexico, en los días rectorales de José Vasconcelos, y que viene a ser el dig- no antecedente de la que ha iniciado la Universidad Nacional contando con la colaboración de los humanistas españoles Juan David García Bacca y Agustín Millares Carlo. Para estimar la labor que prosigue la misma Secretaría, difundiendo en volúmenes se- manales (a 25 centavos el ejemplar) las novedades últinias y las ideas generales sobre el mundo, alli está la Biblioteca Enciclopédica Popular (100,000 ejeinplarcs cada edición), en que los temas monográficos hallan nuevo traje y clara voz. Todo lo que puede proporcio- nar dicha al lector: el dato fidedigno, el fenómeilo social, la sernblanza histórica, el paisaje y el liabi:aiite, la ilusión del pasado y la utnpia generosa, alli está11 mostrando. como e11 la casa cie las ideas, quienes las dilucidaron, u los cjue se conlormari con admirar las peripe- cias de la invención o sc queman en el fuego sideral de la poesia -cada vez rnás allá del tiempo y sobre el siieño- y todo lo que, al pasar por la escritura, se convierte en aicgo- ría y en in:án de einbeles,n. Desde los griegos hasta los mayas, todo lo que ha sido conquis- tado pct-a la belleza de la vida, lo que rezuma erudición en muchos volúrnenes, se va crista- lizando L i ~ i esa biblioteca que ya gozan a sus anchas los que leen de prisa y se Iian con- vcricido de que el libro, como el pan, debe estar a1 alcance de todos. El multimillonario Nioigan pudo darse el gust,a de adquirir en un miIl6n de dólares uno de !os rarísimos ejem- plares de la Biblia de Gutenberg, y Mr. Harliness en otra suma increíble varios documcn- tos inéditos de las conquistas de México y el Perú; pero el hombre de la calle, el que sólo puede leer en el tranvia, el que no tiene tiempo para leer en calma a la luz de la Iánxpa- ra "Las mil noches y una noche" de la versión de Mardrus, o el libro para los niños que escribib y decoró Mate Greenaway, necesita el libro de vestidura senciila pero pulcra, que Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.2, enero-junio 1945

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