Fénix 2, 353-363

y paleógrafo español Millares Carlo, un diccionario enciclopédico literario de nuestro idio- ma en cuya redacción toman parte espaíioles y americanos. Millares Carlo nos dió hace poco, a través de la misma editorial, una edición del "Quijote", que ha salido a nuevas an- danzas; y una ant,alogía de Ia poesía hispanoamericana, en que José Bergamin asoció su nombre a los de Xavier Villaurrutia y Octavio Paz. Sobre Fondo de Cultura Económica habría que h3.blar en términos de elevación. Da- niel Cossío Villegas es el corifeo de un ejército de traductores, de prologuistas, de econo- mistas y de biógrafos de la cultura (Alft3nso Reyes, José Maria Medina Echevarria, Javier Márqiiez, Francisco Giner de ios Ríos, entre otros); y no puede ser más admirable su plan ambicioso de divulgar los mejores libros de los escritores actuales de America. Economis- tas y filósofos, historiadores y ensayistas han sido puestos a coritribución por esa editorial que es honor de América y está en visperas de dem~strarloque el libro puede hacer como coordinador auténtico de las relaciones interarnericaiias y como animador de cotiipensi~ones y de simpatias. Merece especial referencia la labor editorial emprendida por Raúl Noriega, por medio del diario "El Nacional", que en su deseo de abaratar el libro para que 10 goce el mayor número de lectores, ha dado a la publicidad ~nateriaiesde importancia sustantiva para quie- nes anhelan conocer las peripecias del vueblo mexicano en su larga peregrinación hacia la tierra prometida. La Secretaría de Haci.enda posee una biblioteca de primera calidad y unos archivos económicos que difícilmente pueden tener rival en este hemisferio. Ha tenido la ieliz idea, ya en marcha, de editar por entregas el ca:álogo de su archivo y una serie de piiblicacio- nes históricas, hoy a cargo de Arturo Arnaiz y Freg, además de algunas monografias de arte que son inventarios de la riqueza dcl país atesorada en su arquitectura y su pinrura re- ligifosa. Por su parte, la Secretaria de Relaciones ha reinstaursdo su serie "Arcliivo histórico- diplomático mexicano", poniendo la obra en manos de Agiistín Velásquez Cliávez, quien tiene en su haber la edición de libros bien hechos. Y en cuanto a la obra que ha realiza- do el Instituto Pananiericano de Geografía e Historia, baste decir que pasan de 90 los vo- lítmenes que ha puesto en circulación y que en este aíío dará nuevo ímpetu a sus tres re- vistas de carácter continental: "Boletín Bibliográfico dt: Antropología Americana", "Kevis- ta de Historia de América" y "Revista de Geografía de América", en las que intervienen, respectivamente, Wigberto Jiniénez Moreno, Silvio Zavala y J,orge A. Vivó. E n Méricia edita Carlos R. Menéndez la serie de opúsculos nistóricos "Hambres y cosas de otros tiem- pos"; y va a comenzar sus labores la editorial que en Ssnora dirigirá con el apoyo de su gobernador el ex-presidente Abelardo Rodriguez, el Ingv Juan de Dios Bo,jórquez. E n una de las asambleas de bibliotecarios de los Estados Unidos y México, la reunida en We s t Baden, se re~~oinendó publicar cuanto antes el "Anuario bibliográfico mexicano", y la idea se ha cumplido, gracias a los empeiíos de Genaro Estrada, maestro dcsaparecido en el esplendor cenital de su vida, después de señalar ami~ljosd-rroteros a los investigado- res y a los bibliógrafos como Juan B. Iguiniz y Roberto Ramos. que siguen trabajando con la terrible pasión de los mineros que hallan diamantes en las bibliotecas. La aparición del anuario, dirigido por Felipe Teixidor, fué saludada con júbilo por los que ciprecizin esa cla- se de ímprobas tareas y que se lian dad,:, cuenta de que si ~iuestrospaises necesitan invcri- tariar sus riquezas Siológicas, antropológicas y económicas, urge que se conozcan las di- mensiones de su tesoro bibliográfico; porque si el libro es flor excelsa en la historia inte- lectual de un país, es también -y ante todo- una de sus riquezas auténticas; díganlo si nó, en los ciías de su grandeza, 183s europeos ql:e han producido lanas y quesos, relojes y cristales, pero que vivirán más por sus impresores y sus dibujantes, sus grabadores y sus encuadernadores, sus chalanes de libros y sus coleccionistas, su Elzevir y su Planlin, su Juan Crornberger y su Sancha, su Amberes y su Géiiova, su Vindel y su Palau y Dulce;. El "Anuario Bibliográfico Mexicano" sigue apwrcciendo, patrocinado por la Secretaria de Relaciones, que debía asumir la direccióil del ~~onociiniento del libro nacional en el exterior, Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.2, enero-junio 1945

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