Fénix 20, 23-30
RELACION INEDITA DE PEDRO LOPEZ 27 laso, Historia General, Libro VII, Capítulo II) que el caudillo rebelde interrum– pió trágicamente, cuando los asistentes al festín se hallaban a los postres, co– miendo fruta de sartén. Nuestro biografiado debió de escabullirse entre los prominentes vecinos cuzqueños que consiguieron huir de la ciudad para ponerse a las órdenes de la Audiencia de Lima. Las noticias que de esta campaña facilita nuestro autor revisten un excepcional interés, por su tono de cosa vivida, y concuerdan no sólo con el relato del Palentino, también partícipe de esas aventuras, sino con el de la cu– riosa memoria anónima coetánea a. López formó parte del ejército comandado por el General Pablo de Meneses que adoleció de una epidemia en Chincha. Posteriormente, enrolado entre los 300 hombres a cuyo frente marchaba el Ca– pitán Juan de Saavedra, se dirigió a tomar contacto con las tropas del Mariscal Alonso de Alvarado, que venían a prestar su colaboración a la Audiencia desde Potosí. Intervino en la rota de Chuquinga (20 de Mayo de 1554) Y fue uno de los pocos que lograron evitar caer en manos de los insurgentes. Volvió luego a participar en la campaña, a las órdenes de los Generales Meneses y Portoca– rrero, hasta el triunfo concluyente de Pucará (Ayaviri, en el Departamento de Puno) . En el curso de estas acciones tuvo oportunidad de habilitar a otro sol– dado, Juan de Fuentes, con la cantidad de 250 pesos, para adquirir cabalga– duras y armamento. Dió fe del préstamo el escribano Diego Fernández, es decir, el Palentino 4. Se radicó en Lima, donde se hallaba en la época del Virrey Marqués de Cañete. Sufrió molestias al vadear el Rímac, todavía antes de que se cons– truyera el primer puente. Conservaba, sin embargo, buen recuerdo de la ciudad, y entre sus remembranzas figura el extraño suceso cuyo protagonista fué Fran– cisco de Herrera, benefactor de la iglesia de La Merced, que en una corrida de toros, perseguido por el cornúpeta, logró franquear un estrecho postigo con su cabalgadura. Pasado el trance angustioso, se advirtió que esta última, con su recado de montar, no podía volver a salir, lo que se tuvo por hecho milagro– so. La descripción de Lima, aunque lacónica, merece incluirse entre las muy escasas de entonces, y es la única que conocemos en el lapso que va de Cieza de León a López de Velasco. En fecha incierta, de todas formas antes de 1559, en que falleció el Go– bernador Domingo de Irala, permaneció durante tres meses en Buenos Aires. Hacia 1560 figura entre los 14 ó 15 vecinos que fijaron su residencia en la localidad de Santo Domingo de la Nueva Rioja, pueblo fundado por el Capitán Andrés Manso junto al río Condorillo 5. El dominico Lizárraga 6 nos informa 3 Cfr. Colección de Libros Españoles Raros o Curiosos (Madrid, 1879), XIII, págs. 199-235. 4 Escritura de 13 de Octubre de 1554. V. The Harkness Collection (Washington, 1932), 1, pág. 205, documento número 813'. 5 Cfr. despachos del Licenciado Matienzo, de 20 de Octubre de 1561, y del Pre– sidente y Oidores de la Audiencia de los Charcas, de 1 Q de Febrero de 1562, 30 de Octu– bre de 1564 y 10 de Junio de 1566, en Levillier, La Audiencia de Charcas (Madrid, 1918), 1, págs. 55, 73 Y 135, II, pág. 443. 6 Descripción breve del Perú '" Capítulo XCIX. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.20, 1970
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