Fénix 20, 3-22

CULTURA ANTIGUA DEL PERU 5 que los hombres de esta época estuvieron ya familiarizados con el ciclo vital de éstas como de otras especies vegetales que les rodeaban. Hacia el año 3500 antes de Cristo, aparecen las primeras plantas cultivadas: palIares, ají, jíquima, algodón. Poco a poco se incorporan nuevas plantas a la dieta de los antiguos peruanos, que las van domesticando y transformando. La domesticación de estos cultivos refleja la misma clase de experimentación prolongada que en la Media Luna Fértil del Cercano Oriente. Además se produjeron derivaciones lo– cales y circunscritas a determinadas regiones, por ejemplo, el complejo papa– quinua-oca-olluco estuvo siempre limitado a la región andina central. Alrededor del año 2000 antes de Cristo, las comunidades lograban pe– queños excedentes que les permitía intercambiar productos y, no obstante la precaria seguridad de las cosechas, los miembros del grupo podían dedicarse a otras ocupaciones. Comenzaron así el comercio, la tejeduría y las prácticas del culto. El perfeccionamiento de los sistemas de riego, la construcción de canales y la preparación de las sementeras acrecentaron la producción en todo orden de cosas; se iniciaron a gran escala los cultivos de la papa, de los frijoles, de maní, quinua, del maíz y otras plantas básicas de la alimentación de los anti– guos peruanos; luego, como resultado del ejercicio mismo de las ocupaciones, aparecen los primeros especialistas: agricultores, artesanos, sacerdotes y solda– dos. La comunicación que, indudablemente, tuvo lugar entre los diferentes grupos del área andina implicó cierto intercambio de ideas y técnicas y, poco a poco, la selección de algunos procedimientos eficaces en la selección de sus problemas y fabricación de utensilios se hizo común. Se habían echado las bases para el desarrollo posterior de la civilización. Con las prácticas agrícolas la vida se torna sedentaria, el hombre se enraíza cada vez más en la tierra y, como un símbolo de esta nueva vinculación, aparece la cerámica, arte de la tierra, como la agricultura, como la civilización misma. La aparición de la cerámica, por el año 1500 antes de Cristo, inaugu– ra un período de capital importancia en la cronología del área andina. Mil años antes de Cristo, en la época del imperio bíblico de David y Salomón, de las florecientes ciudades fenicias de Tiro y Sidon y en la que cul– mina el desarrollo de las culturas preclásicas del Valle de México, el territorio peruano es escenario de un interesante momento cultural. Los arqueólogos han encontrado en la cerámica de toda el área una modalidad más o menos general, un conjunto de rasgos que se identifican bajo un patrón común que parece corresponder a la expansión de una corriente cultural que compromete toda la región andina. Junto con la propagación del cultivo del maíz se advierte ade– más la presencia de edificaciones monumentales, de reductos fortificados, de monolitos esculpidos, templos piramidales, de un arte textil muy evolucionado como el de Parakas -el más notable de todos los pueblos del mundo antiguo– así como diversas muestras de un complicado culto religioso y el tratamiento de algunos metales. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.20, 1970

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