Fénix 20, 3-22

10 FENIX tación de su política hacia la integración cultural de todo el territorio, interrum– pida por la llegada de los conquistadores españoles. El Imperio de los Incas representa el sistema de gobierno más altamente desarrollado que encontramos entre los pueblos del Nuevo Mundo. En reali– dad, el Tahuantinsuyo fue, esencialmente, una federación de entidades políticas conquistadas, algunas de las cuales habían alcanzado un desarrollo de gran preponderancia, como es el caso del reino de Chimú. Respetando, en ocasio– nes, las creencias de los pueblos que iban anejando y manteniendo ciertas au– toridades locales, los incas impusieron su poder gracias a habilísimos métodos coadyuvantes a la unificación, como el establecimiento de una lengua general, runa simi, y el sistema de los mitimaes. Naturalmente, una organización de es– te tipo de desarrollo político tenía que conducir a la formación de una burocra– cia encargada de velar por la integridad del Imperio y de conservar el nivel productivo y su distribución. De ahí, con cierta probabilidad, se puede deducir que los sistemas incai– cos tendrían sus raíces en las tradiciones de Wari, Nasca, Tiahuanaco y Chimú más que en las culturas anteriores del mismo valle del Cuzco. * De manera muy general y suscinta hemos descrito lo que a nuestro juicio constituye lo más sobresaliente de las consecutivas fases o etapas del proceso histórico de la Cultura Peruana Pre-hispánica. No es posible entrar en detalles, por la índole misma de este artículo, pero se advierte claramente como es que, en la secuencia intercalada de horizontes y períodos culturales de este proceso, existe un ritmo repetido, una regularidad en cierto modo reiterable a partir de la Revolución Neolítica: épocas de unificación cultural, en que las diferentes manifestaciones arqueológicas aun de lugares bastante alejados como Cajamarca, Ayacucho, Ica o Lambayeque, parecen influídas por la misma modalidad y, lue– go, períodos de diferenciación en las formas, que dan la impresión de que la cultura se particulariza en cada comarca. Alfred Kroeber, al explicar el con– cepto de horizonte, advirtió esta característica del panorama cultural andino; es un especie de corso y ricorso, decadencias y resurgimientos, pero no a la ma– nera de Vico sino tendiendo siempre hacia el progreso. Gordon Childe, el cé– lebre historiador de la Cultura, plantea el sentido del desarrollo -para las cul– turas del Asia Anterior y Occidente- en una línea ascendente que se resuelve en una serie de ondulaciones; de igual modo, el proceso andino se resuelve en una curva sinuosa progresiva, en la que ninguna de las depresiones desciende nunca al nivel precedente y cada elevación sobrepasa siempre a la anterior. Del estudio comparativo de los procesos de desarrollo de las culturas uni– versales surge un hecho sorprendente, y es la similitud en el ritmo de sus variaciones. Si, por una parte, es cierto que cada sociedad evoluciona siguien– do su propio curso, concorde a la manera como va satisfaciendo sus nece- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.20, 1970

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