Fénix 20, 31-73
32 FENIX que Su Magd. posee, hecha por mandado del muy IIle. Sor. don Hernando de To– ledo, Castellano del castillo de Florencia llamado la Ziudadela, ques del Gran Du– que de la Toscana, por cuio servizio tomé este travajo. Plega a Nro. Sor. sea parte esta lectura para q. algunos viendo los trauajos y peligros quen aquellas partes se pasan dejen la ida si estan a ello determinados y se les quite la vo– luntad al que la tuviere de ellos a padezer. En el año de mill y quivs. y quarenta salí de la ziudad de Leon de los rreinos despaña para los Reinos y provinzias del Peru, y el prinzipal yntento que me movió a hazer este viaje fué por ver las grandezas y cosas notables que de aquellas partes se dezian, y las rriquezas que traian. Llegué a la ziudad de Se– villa, adonde me hallé una armada questava a pique para salir, la qual yva por General don Alonso Luis de Lugo y me enbarqué en una nave en conpañia del Capitan Juan Enrriquez, vez 9 de Venavente, el qual yva a conquistar y poblar una parte del rrio grande. A los siete de Henero salimos de la barra de San Lúcar doze naves de armada y en el Golfo de las Yeguas corrimos tormenta que turó tres dias, en la qual se perdieron dos naves. Aportamos a los diez y ocho dias de nuestra navegazion a la isla de la Gomera ques en Canaria, adonde las más naves q. uan a Indias cargan de vino para vender y bastimen– tas para el camino. En esta tierra ai seis hislas o siete pobladas de guanches; es esta tierra de muchos bastimentas. Ai una hisla dellas, que se llama la his– la del Hierro del Señorio de don Gra. de Castilla, Señor desta hisla y de la Gomera, en la qual ai un arbol que todo el año, de dia y de noche, está co– rriendo agua, debajo de la qual está hecho un aljiue grande, donde se recoje el agua de la qual se provee toda la demás hisla, espezial en el verano que ai grandísima falta de agua; sobre este arbol se ve de ordinario una nuue que ja– más se quita denzima de la qual se entiende prozede aquel Jugo. Destas hislas se va a la Nueva España, a Mejico o a Santo Domingo o a los Hazores o a Tierra Firme, conforme y para donde son fletados, sin hazer escala en otro puerto alguno sino es con gran nezesidad. Vénse algu– nas hislas dondes la Deseada Maripaiño Marigalante y muy pocas vezes se va a ellas sino es con gran nezesidad. Váse a uno de tres puertos questán en la costa de Tierra Firme: el primero es Nonbre de Dios, Panamá, Cartajena, San– ta Marta. De qualquiera destos se puede hir por tierra al Nuevo Reino de Gra– nada y por mar al Perú y aun por tierra, aunques con gran rrodeo y travajo. Esta ziudad del Nonbre de Dios no diré quién ni por quién fue conquistada, porque es muy notorio; solo diré ser una de las más malas y más enfermas tie– rras del mundo y ser sepultura despañoles, que de hordinario quedan el terzio de los chapetones o visoños muertos, por manera que no la llaman la ziudad del Nonbre de Dios como solían, sino sepultura de Xpnos. y ansí, preguntando adónde váis, rresponden, a la sepultura. De mí digo que quando por ella pasé esta última vez, dende los altos, una legua antes de la ziudad, me sentí yndispuesto, y no devió de ser sino del miedo que todos los que por allí pasamos tenemos. Y ansí aquella misma tar- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.20, 1970
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