Fénix 20, 31-73

70 FENIX El rreal canpo, en este medio tienpo, estava ya avisado y puesto en horden para lo q' les fuese menester, y mandado juntar de las provinzias to– das las más jentes que avía en la ziudad de los rreies. El tirano, en este tien– po el tirano (sic) avía salido con su eanpo para la ziudad de los rreies por el camino de la Sierra. Ynbio un eapitan suio, llamado Tomás Vazq'z, por el ca– mino de los llanos y q' de camino pusiese en su servizio la ziudad de Arequi– pa, lo qal hizo con ziento y treinta honbres, hestando por Jeneral Jerónimo de ViUegas. Con fazilidad y pocas muertes entró a la ziudad y la tomó y puso en su servizio. Hecho esto bolvió a su camino atravesando la Sierra por los Lu– canas y en la ziudad de Guamanga halcanzó al Jeneral tirano, con el qua1 se fué en conpañía hasta el ualle de Jauja. Lleuaua en su canpo mill y zien hon– brcs, los quatrozientos arcabuzeros. En este valle ynbió un Capitán de corredores, Salvador de Lezana, con sesenta honbres, al qal. desbarató y prendió el Capitán Lope Martín, Capitán de Su Mt. que le salió al encuentro de una enboscada y hizieron justicia de todos ;08 q' bibos q'daron. Esta fué la primera pérdida deste tirano, el qal. sa– bida esta nueva del desbarato de su Capitán mudó camino y se bajó por otro camino del que .... " bajó por el valle de los Olleros y en el valle de Pacha– cama, que s quatro leguas de la ziudad de los rreies, halló el rreal canpo que jo estava esperando, digo en la azequia questá entre la ziudad y Paehacama. A vista un canpo dc otro estuvieron zinco días, trauándose algunas escaramu- zas. El tirano no osava acometer al rrea1 canpo; parte de la artillería q'n él teníamos. Hordenó traer muchos bueies mansos y otros animales es– cuzados del eanpo, a los qua1es de los cuernos y horejas puso muchas cuerdas enzendidas y a la m<;t. noche partió con su ejército hecho en dos partes y este ganado y bueies en m'! por quc entendiesen queran arcabuzeros para quen ellos disparase la artillería, y las mangas de la una y de otra parte lleuauan las quer– das secretas para en hauiendo los bueies después de disparada la artillería aco– metieran a nro. canpo. Venida la noche un eavallero llamado Di9 de Silva, cuñado de Franc? Hcrnández Jirón, se le huió de su canpo y fué a dar aviso al nro. y dijo la orden q' tenía pensada y de la manera que venía; aperzibióse nro. rrea1 canpo de suerte que no uva efeto cosa de las q' ordenadas trujese. Antes que fuese de día se volvió a rrecojer su fuerte aunq' con alguna pérdida de algu- nos soldados q' se le pasaron aq'lla noche al rreal servizio a los qales. perdonó Su Mt. Heran Jenerales por el rrei el Arzobispo don Franc? (sic) de Loaisa y el doctor Ouenca, entre los qales. uva grandes discordias y estuvo el rreal canpo por se perder. En este tienpo el tirano perdía mucha jente porq' se le pasava cada hora. Acordó rretirarse por los Llanos antes que del todo le dejasen; perdió en este Pachacama seiszientos honbres q' al rreal servizio se pasaron. Con quatrozientos pocos más q' le q'daron se rretiró hasta un valle que se lla– ma VilIacurí, adonde hizo alto esperando a los mas. en una montaña, treinta leguas de la ziudad de los rreies. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.20, 1970

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