Fénix 20, 74-80
PREFACIO AL LECTOR DE LA LOGICA 79 ron a un distinguido teólógo y un orador elocuentísimo coronarse de las sagra– das fajas. Al rector Rodríguez le sucedió el doctor Juan de Cárdenas, no infe– rior en integridad de vida y en doctrina; es a su auspicio y vara que debemos nuestro progreso, tal como es, en las letras. Repletísimo de méritos, falleció, y 'su memoria está en la bendición,' la cual aún ahora no revocamos sino con tier– nísimo amor y con amargura. . . . dad a llenas manos azucenas esparciré flores moradas, y al alma del 'Maestro' colmaré de estos dones. (Virgilio, Eneida) 10 Así es que como tomista venero a los viejos pensadores de la antigüedad, Jos defiendo de los zorros recientes, 11 y los ilustro generalmente con una nueva reflexión 12. Las opiniones de los recientes no me desagradan porque sean nuevas, sino porque se ponen en venta como nuevas cuando en realidad no lo son. Al presentar mi obra, no ataco ni ridiculizo a nadie envidiosa– mente; muestra esto sobre todo el hecho de que, si bien critico a alguien en una discusión, no raras veces lo alabo plenamente en la misma disputa en otros puntos en que opina bien, y abrazo su diligencia. Desde luego que no debemos llevar al campo de la voluntad la batalla de los ingenios librada donde lucha el entendimiento con honor. Amo y respeto a los escotistas; honro y quiero mu– cho a los nominalistas de la escuela jesuítica, ciertamente no menos que mis propios jefes, los doctores de la escuela tomista. Empero, aunque estime a los dos, de Aristóteles he aprendido a adherirme sólo a éstos tMeta., lib. 12, lec. 9) 1:l : Debemos ora investigar por nuestra cuenta, ora aprender de otros investigadores; y si los que estudian esto tienen un parecer distinto de lo que hemos dicho, hay que estimar entrambos, pero seguir lo más cierto. El Comentador Angélico lo esclarece: Dice que hay que estimar a ambos, es decir, a aquellos cuya opinión seguimos y aquellos cuya opinión rechazamos; pues ambos se han empeñado en buscar la verdad, y en esto se han acercado a nosotros. 10 Además de recalcar la alta calidad de su educación, el Lunarejo en este largo pasaje sobre el tomismo del seminario parece querer señalar los vínculos entre su forma– ción y la orden dominicana, 11 Estos 'recientes' no son los proponentes de la filosofía 'moderna' (Descartes, F. Bacon, etc.). sino un grupo de escolásticos, contemporáneos de Espinoza Medrano. En primer término son los tres jesuitas Pedro Hurtado de Mendoza, Rodrigo de Arriaga, y Francisco de Oviedo, cuyas tendencias nominalistas critica el Lunarejo, y otros como el cisterciense Juan Caramuel de Loblokowitz. 12 Aparece la originalidad, en efecto, dentro de los límites de la problemática es– colástica, en varios tratados de la Lógica: la 'defensa de Platón,' la critica del nuevo nominalismo, etc. 13 1073 B. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.20, 1970
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