Fénix 21, 25-36

I,A BIBLIOTECA DEL COLEGIO SAN PABLO 27 Desde el período de Plaza se comienza a enriquecer la biblioteca de una ma– nera más sistemática. En 157.5 el General de los Jesuitas nombra un Procurador en Sevilla para gestionar los asunLos de los colegios de ultramar. Entre las órde– nes dadas al Procurador está la de comprar libros para las bibliotecas que los J esuitas estaban formando en América. El Procurador, según las normas del General, no debería esperar a que le pidan Iihros, sino que irá comprando todo lo que vaya saliendo, no sólo en España, sino también en otros centros publici– tarios de Europa. Esto será fácil, según cl General, dada la inmensa concurren– cia de mercaderes de toda Europa que concurren a Sevilla con ocasión de la par– tida y llegada de las flotas de América (¡¡). San Pablo se aprovecharía de esta legislación enviando fondos especiales al Procurador de Sevilla y organizando un presupuesto permanente para la adquisición de libros. Entre 1586 y 1604 se ges– tiona por los hermanos Juan, Francisco y Gabriel Perlin, los tres jesuitas en Lima, la donación de una casa dc su propiedad en Madrid. La casa es donada por los tres hermanos al Colegio de San Pablo con la condición de que su ren– ta fuera usada para la adquisición de libros destinados a la biblioteca del Co– legio C). Al comienzo del siglo XVII la biblioteca de San Pablo es ya una gran rea– lidad. Un testimonio indirecto de su riqueza lo tenemos en los miles de citas de un sin fin de autores, que se encuentran en las obras escritas por José de Aeosta, José de Aniaga, Esteban de Avila, Alonso de Barzana, José Pérez de Menacho y Bemabé Cobo, todos los cuales usaron exclusivamente la biblioteca de San Pablo. La riqueza de la biblioteca se vio aumentada notablemente en 1602, cuando Don Francisco Coello, ex-profesor de la Universidad de Salaman– ca y Alcalde de Corte en Lima desde 1592, entró en la Compañía de Jesús y donó su biblioteca particular al Colegio de San Pablo. La donada biblioteca contenía una abundante colección de libros de leyes y no pocos de matemáticas y geornetria. Bernabé Cobo nos ha dejado en su Fundación de Lima una des– cripción de la Biblioteca de San Pablo tal como era en las primeras décadas del siglo XVII. Según Cobo era amplia y amueblada con gusto. Tenía hasta 4.000 volúmenes sin contar los duplicados, y no sólo en obras teológicas y filosóficas sino de toda clase de materias. Quizá Cobo se deja llevar un poco de su en– tusiasmo por la gran Biblioteca al afirmar que el libro que no se encuentre en ella tiene que ser bastante curioso y raro (8). La Biblioteca del Colegio de San Pablo continuó creciendo a ritmo acelera– do con el correr del siglo XVII. Constantemente llegan al Callao cajones de Ii- 6 iu«, r, 696. 7 Archivo de la Provincia del Pcrú (Jesnitas): Libro de Ordenaciones MS f. 125. Archivo Nacional del Perú: Temporalidades, Colegios (San Pablo), Legajo 85, c~dex 391: ff. 58 Y 69. 8 La información sobre los libros donados por Coello se encuentra en Jacinto Barrasa Historia ... Ms, H, codcx 60; Bernabé Cobo, S. J. Historia del Nuevo Mundo (2 vols. edited by Francisco Matees, S. 1.; Madrid: Ediciones Atlas, 1956), H, 425. ' Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.21, 1971

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