Fénix 21, 25-36

LA BIBLIOTECA DEL COLEGIO SAN PABLO 31 Las obras médicas escritas por doctores cspañoles superaban naturalmente en la Biblioteca dc San Pablo a las escritas por doctores extranjeros. Ya hemos citado las obras de Luis de Oviedo y Juan del Castillo, junto a las cuales se en– contraban otras como las enciclopedias médicas Preclarae Rudimentoriun. Me– dicinae Libri acto del doctor Antonio de Aguilera, y la UnivcrsaMedicina dcl médico Juan Fernández. Los médicos catalanes Jacinto Andreu y José Fornes estaban representados en la Biblioteca de San Pablo por sus obras Practlcae . . . procuratulis Hiunanis Corporis Morbis y Tractatus de Peste impreso en Barce– lona en 1725. Así mismo estaba representado el más famoso médico español del siglo XVIII, el doctor Juan de Dios López. Lópcz fue el fundador y el alma de la Real Academia de Medicina y elel Real Colegio de Cirujanos y publicó entre 1750 y 1752 cinco volúmenes titulados Compendio Anatómico que llegaron a la Biblioteca del colegio unos pocos años antes de su extinción (1 (j). Los libros de economía y geografía también abundaban en la Biblioteca d,~ San Pablo. Los jesuitas se habían distinguido en recorrer regiones casi deseono– cidas del Nuevo Mundo en su afán de establecer misiones, y algunos de ellos habían producido magníficos mapas y relaciones geográficas de valor. La Or– den, y especialmente San Pablo, poseía una amplia red de haciendas donde se criaba ganado y se producían cosechas variadas. Estos intereses económicos eran de tal envergadura que hacia la mitad del siglo XVIII un ejército de casi 2,000 esclavos ncgros era propiedad del Colegio dc San Pablo y trabajaban en sus ha– ciendas, La Biblioteca reflcjaba estos intereses económicos de los hombres de San Pablo. Una gran colección de libros en francés, importados de Francia y los Países Bajos, servía a los jesuitas de base científica a sus operaciones económi– cas. La Biblioteca tenía un diccionario francés de economía en cuatro tomos, una enciclopedia dc comercio, también en francés, tratados de agricultura, tran– saeciones monetarias y de problemas de regadío. El lector interesado en estas materias y con conocimientos del francés podía encontrar en la Biblioteca de San Pablo Iihros sobre el cultivo de las tierras, la apertura de caminos rurales, la ería de ganado vacuno y lanar y la cría de los gusanos de seda. También podía en– contrar obras especializadas sobre el corte de maderas, extracción de piedras de construcción y sobre la industria de los tintes y la cría de caballos y mulos. La Biblioteca tenía incluso varias obras sobre la construcción de navíos y algunos tratados sobre el arte de navegar, donde aprendieron este arte Jesuitas que luego usarían constantemente las vías fluviales en sus perseverantes misiones en el , dA" (17) COl'é1zon e menca . Las extensiones sin límites de las tierras vírgenes de América fascinó a los jesuitas que en su biblioteca de Lima coleccionaron libros y mapas de todas las J 6 Ibid.: Para mejor comprender la influencia de algunos tic 10i; doctores leídos en San Pablo, se podrá consultar la obra de Pedro Lain Entralgo, Historia de la Medicina Mo– derna y Contemporánea (Barcelona y Madrid: Editorial Científico Médica, 196:1). J7 Archivo Nacional dc España (Madrid): Cfero. Jesuitas. Libro 36:~-J. If'. 418, 126-'1-27, 1:10. óOO-6n!. 61:{. ó,")1> , Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.21, 1971

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