Fénix 21, 44-57

MARIANO JOSE DE ARCE 53 Pizarro lo apoyó y se nombró la Junta Gubernativa de 3 miembros: La Mar, Manuel Salazar y Baquíjano y Felipe Antonio Alvarado. Meses después, en febrero de 1823, el mismo Congreso aprobaba la Cons– titución y en vista del fracaso de la Junta Gubernativa, dispuso que cesara en sus funciones, y este acuerdo se tomó con el voto en contra dc Luna Pizarro y Arce y a continuación el mismo Congreso invistió como Primer Presidente de la República a don José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete. Ante la amenaza de los realistas que amagaban Lima, Riva .Agüero decidió trasladar el gobierno a Truj illo y allí dispuso R.iva Agüero la disolución del Con– greso. Arce se opuso enérgicamente a esa medida y firmó el Manifiesto a los Pueblos del Perú y de América, fulminando a Riva Agüero por su acto dicta– torial. Como resultado de esta actitud de rebeldía, Arce fue deportado rumbo al sur en una goleta con Francisco Javier Mariátegui y otros cinco diputa– dos. Pero habiendo desembarcado, burlando la vigilancia de abordo. en Chan– cay, se dirigieron los 7 diputados a Lima donde fueron recibidos con aclamaciones de homenaje y respeto. Hasta la llegada de Bolívar, el Congreso se dividió en tres facciones: los recalcitrantes encabezados por Luna Pizarra y Arce, adversarios de Riva Agüero, los partidarios de éste y la de los relativistas representados por Sánchez Carrión, La situación del Perú se hacía cada vez más crítica y el Congreso se vió en la necesidad de invitar a Bolívar para que se hiciera cargo de la situación y para quc reorgani.zara las fuerzas patriotas que debían seguir combatiendo a los realistas. Tal vez el único pecado en la conducta política de Arce fue su excesivo idealismo puesto en el culto de la libertad y del sistema legislativo. La reali– dad dió al traste con sus "quimeras democráticas" y por la gravedad de la situa– ción se tuvo que ceder a las necesidades de la guerra y a fin de lograr el objetivo de conseguir la derrota de los ejércitos realistas. En ese propósito patriótico se vio obligado a trasgredir su línea ideológica para consentir en la entrega del mando primero a Riva Agüero, luego a Torre Tagle y, con poderes dictatoriales, final– mente a Bolívar. La realidad se imponía sobre la doctrina. Más tarde repudia la subsistencia de los títulos nobiliarios y llega a sostener con gallardía inusitada en un diputado que vestía traje talar eclesiástico, su voto a favor del respeto de la libertad de conciencia y en contra de la intolerancia religiosa contenida en la fór– mula constitucional que no admtiía el ejercicio de ninguna otra religión que no fuese la católica. "La intolerancia en punto de religión, decía es reprobada por hombres muy sabios ymuy amigos ele la verdadera religión". La personalidad de Arce se erguirá contra un cerrado concepto ele la ortodoxia, contra el oscurantismo reaccionario, contra el fanatismo que envilece el pensamiento y contra la perse– cución inquisitorial que abroga la libertad de pensar y de escribir. Arce que había estado afiliado a las logias para trabajar por la Independencia, fue consecuente con su ideología liberal y la sostuvo sin desánimo. Se adelantó siglo y medio a las conquistas del último Concilio Vaticano que propugna el fraternal abrazo ato- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.21, 1971

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