Fénix 21, 75-81

C\lII.OS A. HOVIEnO 77 colahoraciones. pues hubiese sido impropio que él solo corriese con las pagmas de la revista. En los dieciseis volúmenes que alcanza a publicar D. Carlos, el lector hallará una rica y escogida colección de trabajos históricos, casi todos de primera mano, que hoy resultan indispensables para los que bucean en nues– tra historia. Gracias a su perseverante labor y a sus conocimientos de la mate– ria, la revista se mantuvo con dignidad hasta el año en que el incendio de la Bihlioteca Nacional. obligó a suspender temporalmente su publicación e). Pero D. Carlos no se limitó a publicar la revista. Contribuyó también al adelanto de los estudios históricos, con publicaciones de diversa índole, entre las cuales merece señalarse la Colección de libros y documentos referentes a la Historia del Perú, que comenzó a publicarse en el año 1916 y de la cuai apa· recieron dos series. No lodos los libros eran inéditos, pero se trataba de obras poen conocidas y publicadas en libros de difícil adquisición. Así la primera ser.e, que consta de doce volúmenes, como la segunda. de diez, hubo de ser bien recibida por nuestro público y hasta hoy se la tiene en debido aprecio. Mu– ches de estos volúmenes tienen una introducción dc D. Carlos A. Romero, y las notas que ilustran el texto son también suyas. En la primera serie cabe señalar el Diario de Lima de Mugaburu, que, por vez primera se daba a cono– cer y que D. Carlos publica con indudable acierto. En la segunda serie, tam– poco faltan los inéditos, como la Historia de los Incas del mereedario Morúa, auque a decir verdad el texto completo de esta obra no ha venido a ser eono– cido sino en fecha más reciente por la edición hecha con prolijo cuidado por el P. Bayle y Ballesteros. A estos trabajos y olros que pudieran citarse y que nosotros no vamos a enumerar, porque no es nuestro intento hacer una bibliografía completa de su obra, se ha de añadir, sin duda alguna, la Descripción y Población de las Indias, de Fr. Reginaldo de Lizárraga. aun cuando la copia de que se valió Romero no fuera la más autorizada. y la Memoria del Virrey Avilés, publicada a ex– pensas del Estado en 1906 y con la cual venían a completarse las Memorias de los Virreyes del Perú que empezó a publicar Lorente y continuó Manuel A. Fuentes. Fuera de esa labor que no tenía inmediata relación con la Biblioteca, Ro· mero desenvolvió otra que cedió por entero en provecho de esta institución. No sólo clasificó sus fondos y seleccionó las obras de especial interés, sino que con paciente y silencioso esfuerzo empezó a formar la sección de manuscritos, en donde logró reunir los códigos que conservaba la antigua Biblioteca, antes de su "aqueo por las tropas chilenas de ocupación, muchos de los cuales fueron devueltos por las personas a cuyas manos fueron a parar y otros, que fueron 2 Jorge Guillermo Leguía en el Boletín Bibliográfico de la Universidad Mayor de San 'brcos :lUbliefÍ la bibliografía de D. Carlos A. Romero. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.21, 1971

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