Fénix 21, 82-83

UN TESTIGO 83 EllO de Mayo de 1943 le toca vivir íntimamente la tragedia de la Bi– blioteca Nacional, pues en la madrugada de ese día el fuego destruía su edi– ficio, estantes y colecciones. En un desesperado intento de salvarla, por lo menos en parte, los bomberos lanzaron grandes masas de agua, pero fuego yagua se unieron para consolidar la destrucción. Una vez más, sin embargo, se habría de salvar el Opus pulcherrimuz Y" ser testigo, al igual que en 1883-84, de los esfuerzos de un bibliotecario ejem– plar, Jorge Basadre, quien entonces se empeña en hacerla resurgir. Una vez más, asimismo, habría de asistir a la apertura de la "tercera" Biblioteca Na– cional, una biblioteca tecnificada y con personal profesional que tomaría a aquel libro-testigo a su cuidado y le daría la ubicación que le correspondía. Con ligeras manchas, producidas por el agua, a semejanza de marcas o cica– trices gloriosas, es miembro de la pequeña familia de incunables europeos que se guarda en una caja fuerte de la División de Investigaciones Bibliográficas. Bajo el epígrafe Quiromancia, figura en el catálogo su ficha de identificación: Opus pulcherrimuz chiromantie cum multis addi– tioibus nouiter impressuz. Colofón: Impressa fuit Venetijs per Bernardinum Benaliu MCCCCXCIX. Die xxv Nouembris. 1 h. bl., 62 p. iluso 21 cm. X199.33/0/C Allí es posible consultarlo y tal vez podría responder a los interrogantes de la futura historia de la Biblioteca Nacional del Perú. L. V. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.21, 1971

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