Fénix 21, [88-183]

t, 1 r 1 catedral para su casa <'H un eoc le o .~al'rosa, cuyas mu as estan me- jor tratadas en proporcion, que ~os hijos de aq~lello!l lahrador~s, que con el sudor de su rostro contnbuyen pal'a su fausto, ostentacion , re- galo ) placeres. j Qué impresión pue~e causar ~n 10f! pl\ebl,o~ ver la clase de 1~9 monacales sumeraidos en rIquezas, :;11\ mas eX('I'CICIO (lile pi de una vi– da vczetal , clUIl7do sus tristes familias carecen talvez del sustento ue– cesarig ! No hahlémos de los mendicantes 11111' propagados pOI' toda la extcnsion de España se presentan como legítimos herederos de los frutos de la industria y trabajo de toda la nacion , santificando en su modode pen~ar hasta los lilas l:ecolHlitos bodegones Y, tabernas ¿ "X 9uedar~n, to– davia en Espaiia estos abusos consagrados a una superucion religiosa que 1I0S ha degradado Y deprimido en el concepto de todas las nacio– nes civilizadas t.. Qué contradiccion tan enorme no resultaría entre los brillantes rasgos de ilustración con qlle acabamos de sorprender toda la Europa, si iusistiesernos en conservar el estado eclesiastice en un pie tan perjudicial al estado y a la misma religion l ¡ Es por venturu mas difici I reformar el clero espaiiol , (lile haber restaurado los derel'!los de nuestra libertad 'civil oprimida en el espado tic tantos "i~los por el u.as bárbaro despotismo? Lo primero esta conseguido. SO'lIO~ lihecs. 'I'ra– téiuos, pues ahora de ser religiosos, católicos, apostólicos sin sn!)! ri ¡– cion. Extermiuese de nuestra España, constitucional esa n.ult itud de cuerpos regulares, incompatible scon los planos del Di, iuo Le:.~·i""::ddr: suprírnase la clase de los canónigos hasta aquel número qt\(' sea ~l.li .. ir-u– te para aue.Iiiar las funciones pastorales de los HU. obispos: rcfdr'lI\',e el clero nac.onal , y trate el gobierno de hacer oportuna aplicnciou de sus pIngues, rentas, que contra el espíritu del evangelio están dcsti– nadas :í fo.uc -ntar la ociosidad. PH"<l. (J f fi'cto conviene primero ~hacer conocer al gl·fe supremo de la igle~ia catúlica,quela nacíon española no puede coutorrnarse en lo sucesivo con tantos establecimientos que la ambiciou y el depotis– mo de algunospredecesores suyos hiciéron servir de escala para subir al trono de una monarquía universal, que acabó la ignorancia de los pueblos, y que los factores, propagadores, Y protectores de ella ni exis– ten ni existirán mas -en nuestra patria, La sabiduría, prudencia, y po– lítica del supremo gefe que tan dignamente ocupa en nuestros dias el sólioporitificio, no podrá escusarse de convenir con la nacion española . eii una coricord·aia,. c~yos á~~ícúlos fundamentales pueden ser los si~uientes. Articulo 1. La religion catóhca,. apostohca romana que protege la nacion, como única verdadera 'en su estado de pureza, libre de toda superticion , tendrá en España Un culto público, conforme a los cánones , que un concilio nacional prescribirá pa. ra el r~~imcn y gobi~mo de l~ iglesia españo~a, conformandose con los reglamentos de policía, que el gobl~JnO tublese·. por conveniente promulgar. Artí~ulo 2. El ~rzobispo primas de. I~is Españas tendrá. sobre todas. las iglesias de la nacion , la plenitud de potesta!le~pIr~tuall. <;Iue 8. S goza como obispo de Roma ; y serán anexás a esta potestad las facultades sigúientes: Primera: convocar concilio nac.ion~l·, .cüaDdO~~ .gofJiérno t~biere por conveniente convocarlo, Segunda: conceder la m~tlt'uclon; canon'íca, a. los 'ObISpoS nombrados por el gobierno. Tercera: dispensar todo Impedimento canomco , y absolver en todo caso. Quarta: presidir r ó nombra! presidente para los concilios nacionales, A:tículo 3. ~u Santidad, concederá una bula de absoluta secularizacion para la su pre~!on de las ordenes regulares" monacales, y mendicantes de ambos sexós, y la apl ~acum, de,. s~s .renta~sera en a~ela~te o?geto ~xclusivode la policía del gobierno qr 6e obliga a proporcionar la congrua subsistencia de todos los ordenados in 'Sacris. ( Se conclu,ira, ) l.IMA: IMPRENTA DE RlO. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.21, 1971