Fénix 21, [88-183]
2 el exeese de admiración. Cuando la naturaleza ha puesto lu demás ilaciones á los pies de mi Patria , ella no ha ocupad~ I?as que UlI rango subalterno en el ma~a del Ufllve.rso. Cu.a~do, para ~rlg¡rse po~ su propia mano, un templo digno de su inmensidad y gl?r~a, se: h~ es merado ea. ofrecernos en estos lugares en?antados la ,dehcIOsa Imagen del jardín de Eden , lejos de haberse tnbutado a9 u. 1 un culto conve– niente 6. la excelencia de su numen, él no ha reclbi~o mas que un._ profanacion de todos los instantes. Sí: s~ ha osado insultade con ri– tos impíos y verdaderamente desDatura~lzados, y ~e han hollado !or– pemente sus sacrosantos derechos. La ~tatua de la hbert~d se ha Visto ante las infames aras del interés y del egorsmo, y ha hu– meado en ellas dia y noche, el incensario sacrílego, irritando los ze– los de la naturaleza. l Que abominacioa! i Que escandalo! Baxo el ta– Iisman de géuios malignos, sentiamos paralizado el goce de tan rar<!!J privilegios, y entorpecidas si!1 recurso, supremll;s y m~y. benéficas mi. ras acerca de nuestros destinos. Séres mezqumos é Injustos, y tanto ménos diznos de pertenecer a la humanidad, cuanto mas la deshonra.. dcsdeñandose ~asi de partir con nosotros el tí tulo de hombres... (b) no nos consideraban, sino como materia propia para nutrir el faus– to y la avidez insaciable de una corte corrompida. Para ella creían los bárbaros que se había hecho el PERU, por mas que el Criador haya manifestado una voluntad contraria, en el acte de colocarla á. tan inmensa distancia de nosotros. Era pues preciso> que este PERU la fincara ilimitadas ventajas, aunque ellas hubiesen de ser el precio de la sangre de sus hijos. Si: era preciso que el simulacro fantastico un Carlos ó de un Fernando, orlado de sus castillos y sus leo– nes, se exáltara entre nosotros aunque fuera sobre millares de víc– timas, y que se hiciera relucir al brillo pavoroso del incendio y los aceros: era preciso consolidar á. costa de violenta destruccion el es– pantoso sistema de señorísmo natural, indivisibilidad, regalias , inte– ~id(ut de las piedras de la corona y otros delirios no ménos omino– sos, que extravagantes y ridículos. ¡Ah! no era, de nuestra parte, la apaúab la flema de los automas; (e) era la suavidad de índole propia .. (b ) En uno de nue~tros opresores, parecia revocada la 8ombr" del aborrecible Paso, ¡ Tan injurioso era el concepto que manifestaban de nue~tros talentos, y de los progresos de la ilustracion entre nosotros! Cuando hechos notorios é íntergiversables, acreditando al mundo III vi. veza de los ingenios ¡reruanos, y ei grado de perJeccion en que aqul se poseen los mas p!'eci61sos c01l;0citnientos,.n? sobraran pa:a confundir esta: brutal preocupaeum , apelariamo« del tn1quo fallo de Jueces tan sospe– c/wSOSO$ al voto imparcial de ·lalf naciones extrangeros , especialmente al del Virgilio de la Francia. En efecto: Jacobo Vajtiere en el libro 7. o de. sU Praedium rusticum , entre otros muchos rasgos tan honrosos 4 Lima, com? ,dig,!,-os ~~. este hijo de Febo.y,de las ~usas. dice de ella. Dítwr mgenu» homl'num est J anlmuJue ben1~a indole . .re 1 Serla Inferir un agravio m.otraE a nuestro imperturbtzhle ptt.. trlOtlsmo > no di~() ~l suponernos discrepancia de s.entimientos cm los ~a,s ~elosos .part!datlOs de la ra~ony la independencia, pero aun el atri» ~n' a :U~a lnercu¡ verg~n~o~a n'Uestr~ prolongada tolerancia en la aflic.. tl1l4 c~ que. ha desaparec~fÚJ. i Qulénno sabe que en Lima ce1l.tra!iza. "rOn. ItJ8 h1"anos. tod:a ~a fuerJlJf;t de que disponian en diversos punto., que Ife redoblaban, eacfa duz,. ~ed¡d(J;S las mas rigur08tU de ,;igilancía, que áe ¡(¡TU(/,PT,lJl;fJSG q, lq, opuuon J !1st: mataba al 2ue habia peni(j,dg 1 ¿ Que Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.21, 1971
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