Fénix 21, [88-183]

2 do de igual pdígl'O, .ha~ta quela batalla de Ma,Y1JO no~ dió lln~¡'i.In~f __ t g'aranl ía. Las provincias del RH) de la. Plata"a,n visto al eu;",¡r,.¡– go. triunfar repetidas veces por el oeste , sin q~te fmt,;~lel'rotasqu':d:e: tif'.¡tJpo en tiempo ha sufrido, hay:an bastado a. recuperar el ter!'¡to.– rioque por la antigua dema,rcaclón '. y por el voto de sus },la~¡~an­ t.es , pertenecía al nuevo gobJerno, Sm e!ltrar .eu detalles 11lstonc9~ "sobre los riesgos que han amcnaza(~o la mtegndad de nuestro terrí– t¡i:)rio .. es suficiente observar que mientras exista en el centro del p~ tú, u'n gobierno en ya conservacion pende d? Il~est~o exterminio,asi <'bmo la nuestra pende del suyo, mnguna iustitucionvpuede ,tener carácter de estabilidad en esta ó en la otra parte de los Andes. Em– IJefh~ISe eI~ probar esta verdad seria ofen~er la razón ~Ública. UII'lXtft contIguo a . nosotros, vasto en su extens.lOu, prop~rclOualrnente mas poblado, y que en ftlcr~a de ~IlS c01~I!hcadasrclacro~1C/s I no puede-ea– cudir el yugo que le oprime, sm aUXilIO age.no , servll'~ a pesar suyo con todos .!OS'I'~cursos que p~see para e~davlzarn~s,. SI antes no Co– operamos a su libertad: y q~úell sabe, SI los S~Cl'lfiClOS que. hoy ha– cecoh una huida repugnancia, pasado algun tiempo y. variando las cfr~utlstancias actuales, los hltrá acaso .con esmero : y entrará en in.' tereses opuestosá los nuestros. Pero aun nos resta mucho que 'decil' sobre ÚIl asunto de tanta trascendencia. Dan laéonstitucion á un país , es establecer la forma permá... nénte xíe gohiernoque debe 'regirlo, supuesto el conocimiento exae– to dé su 'poblacion, de su 'territorio, de sus recursos para mantener– lo ,y de susrelaeiones naturales con los paises limitrofes ; sin entrar en las idetaaa ealifícaciones que miraná su aptitud social. Formar una ~on~titücion sin la evidencia de estos datos, es. ocuparse seriamente &e .' éosas quiméricas, y SlIpOI1<:f q Uf' un cuaderno en que se ordenen metódicamente las materias constitucionales, sea una especie de ta... Iisman político, que tenga hl virtud de hace¡' existido que se quie. te. Excusado es repetir que en' nuestro estado aetual , carecemos eTh~ teramente de alguno de aquellos datos J y no podernos responder d~ los nemas. No se crea sin embargo, que la inoportunidad es el ,únicoin"1 conveniente que se ofrece, para fijar la fOr?l:a- de gobierno que debe adaptarse en las; vanas secciones de la Amel'lca del Sud. SI el mal He pasase de esta esfera, la censura de los que atisban nuestra mar– cha, y la frustracion de los deseos que animan a los que forman l¡¡,~ constituciones, sería todo lo que había que temer. Pero hay inco1f.'-' ~~mientes mas terribles que ex!gen doble severidad en su exílme~, •. ~. CIertamente mas fortaleza de animo para contemplar sus consecuencress La guerra civil y la impotencia que nace de ella para 'resistir al co 1 mun enemigo, 'son los tremendos escollos a que conducen las cons> tituciones prematuras. Demostrémos esta proposicion con' argumentos antes de apelar á la experiencia. Luego que se forma un congreso ó asamblea con el caraete" de constituyente, se establece un espíritu de partido contra sus dclij.. l~eraciones, que no por ser inevitable deja de' ser funesto. ~ al ll'epta. á proporción que la asamblea desplegasus idea. ,:;¡¡,& o . j't('>i~II .... del estado, y casi siempre la. oposicion se r€\..u';c a!ill--' " '~'1~e s~ sancione e~ prorecto constitucional. Diversos i~. :r(:l,~. a. que se recIba. sin apl~uso, una obra formada d \~eClm1Cnto del cuerpo SOCIal J entre el-choque de r~ Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.21, 1971

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