Fénix 21, [88-183]

cusable nuestra conducta, J solapar así su extravagancia ()SU m~ldad No .emLarazarn?s~unpuntó con .el exámen , de si el peniltsuhir', ~ medio del turbillon de los partidos, y de los perdurablesbayuen Y. entre-choques, q;;<~ {t la. vez> consagra? y proscriben su ominoSo éf. dIgO, es re ~ltller.te "C>"tu. hb~e y tan feliz, cual se proclama el mismo. ~or los e!)[lh~e~ del uJ;il~erso. Mas, sealo en buena hora. Semejante hberta(~ y. fehcld3:d exñtieas , trasplantad~'l. á la América, han dElbidó pr~duelr frutos bien amargos, y muy distintos de aquellos, cuya ilu– sorra espera~Li;a pudo, antes tIel.d~sen¡!;añoJascinar nuestros espíritus. Sabemos, eu gemlrnl, qac la servidumbre Impuesta por un estado, eS la H~as . .• todas las sel:vidlllnbres; y que mientras mayor es la. hlH'i'!;d\ !Id estado . qne ~oblei:Íla, tanto mas .{h.'r~esclavitud opri– me . h\b~Istant.es. Vasi es que, la fehcI~ad de que pue- ~an . lO~5 españoles, importauna.uueva desgracia para los ame- rrcanos , lo~' mi~mos 11l.'inciPtos de. que deb~ nacer e! engran- uecuuieuto y la exáltacion de aquellos, debe producIr•. eseacialmente, y el anonadamiento en nosotros. este teorema no necesita de mas demostración, que del testimonio irrecusable de nuestra propia experiencia. L Cuándo hemos -gemido bajOt mas espantosa seévidutnbre , que en las dos aciagas épo– cas de la constitucion 'r i. No fué en la primera, cuando Abascal; que dejó muy atras los desaforados exemplos de Castell-Fúerte y de Amat. hizo nuestra condición peor que la de los turcos, abandonandose á eses arrebatamientos feroces, cuyos tristes efectos no solo no se reproba– ban por un gobierno preciado de liberal, sino' que eran remunerados ¡por él, con escandalosa munificencia ? En el periodo de diez meses;~qplJ lían absuelto la segunda: l. qúe geI~erO de pruet>a, hay" a que non~i' "a sometido una' horrenda e inaudita tiraúÍa? ' i ó Jéhova! Tú lo ~ visto. Tu templo saqueado; t~Jad0l'adores.los'peruanos agotados por la 'inédia y la indigencia, espántan'dÓS6'a;~!'i~ 'sus propia1l sQJ.Dbl'as. , parados sobre un volean, temblando del '~()QWn~" oo,!:CItlB'BerUp– eiou abismara la capital, consus infelices habitantes. i O ccnsutucion, 'Cuan aborrecible me eres! El homicida genio de la guerm,> ' por hacerte obedecer , ha empapado nuestrosjcampos, y enrrojecido nuestr08ri os con la sangre americana.. ¡Sangre ',ncnlpable, deramada, ~ t.orrentes por la causa del funesto códig'o ,tú clamas á los. cielos por venganza contra los bárbaros que> á su nompre, se han permitido atentadó$ tatl sacrílegos.. . . ... ,. 1, . ...' .. ¿ X en me~lO de tantas calamldades;,~au~ ti ?davra.ió .~()n¡ u:. bres ?=¿ Sómos libres ?Pero no basta que nos' lo dIgaIs : es preclso~fl~ lBÍntámos, que este grito mágico es una verdad •.y no una infar~'qUlm&o fa; porque hemos oido levantar la voz a un mlserableantropofago re– presentante vuestro, en medio de la sala del congreso, 'Y Pfopon~r que. N rüer de seroumpecus , se nos vendiese, o se nos. traspasase áeual– llliera nacion, q';le ~e prestara á ~specular/mercan~Ilmente i?bre nues– tfas cabezas envilecidas yproscnptas. ¿ Somos libres? DeJ8;d., pues. Hne C0l110 agentes libres , podamos compo.Mr una nuev~ falUlh~ inde– aendi~nte de la vuestra; que es la prerogatíva pras pr~clOsa,y1apren .. !la segura de libertad que las leyes ?o?ceden a los ~lJ?s,cuandC) due– II>s de'própieOá,des, y c.apaces de admnustr~rlas.por SI mIslOOs}se~no:I' 'tipa? ' aun de la autoridad l~e los padres a. qUlenes la.l~i\~nl1ltl~a \inllendasu protección y cuidado, Pero, li~ertad. solo e, ra magna carta, y en los hechos un empeno furIOSO, rl iempre atados al cano de la España; es una.contl"a r Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.21, 1971

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