Fénix 21, [88-183]

blácion ry le. ocup?ll, en su pl'()~el1itllra. La metropol¡ encierra u~ m1- mero m~yor de ciudadanos que, el que puede alimentar y ti f li E.>,tableclelldocol~Jnia;¡, deben 'las naciones proponerse ,forma:~e~ I:U~~ "O pueblo de .~llad()s y d?concilldadanos; pero para con¡¡eguil' este fin. es neceS«tili'J,ue sus rntereses se confundan. ... .... CUADRO POLITICO DE LA REVOLUCION. S:lfIt bona, sunt quaedam metliocrla, sunl.mala plura, JI áy algunas cosas buenas, otras medianas:y muchas mala!!• .Mart. EVig. 17. L. 1. Conlim'ta el pdrrafo suspendido en éL númei'o, 13 , . En, los cuatro numeres anteriores hemos investigad.o algunos pun– tos .. jmporta~tes, acerca de la politica que se ha seguido en la revo– Iucion, El mreres del bien publico nos 'ha hecho arrostrar con denue– d? álgunas preocupaci~mes tan anti~uas como nuestra lid, y combatir CIertos errores, que siendo el presagio de una calamidad general, ha– cen que sea responsable el escritor que. no sé exfuerza a levan.. tar u~a barrera., que detenga su curso. Nos quedan todavia muchas matel'l~sj que osaremos examinar segu (1 la atencion que demanden en 1~ .~evlsta gene,ral del estado de ~uestra r,evolucion. Deseosos de par– ~Iclpar la gloria de los que contribuyen a la grande obra de l'cgene– tal' esta parte del mundo, comprometeremos quizá algunas-veces nues– tra misma opinio n; y este sacrificio tll> es indiferente para los que COooI nocen su valor. Por ultimo, hay circunstancias en que es predso ate– nersesolo a sus intenciones, y no al resultado dé sus. empresés.; si aquellas son buenas y sinceras, bastan para indemnizar aün del mal su· ceso; pero de lo contrario, el aplauso mismo es Una desgracia. Todo lo que tiene la mas remota conexion , río precisamente con los dogmas venerables de la té que profesamos, sirio tambien con la disciplina eclesiastica , y hasta con las personas dé éste fuero; ~ ha mirado en la revolucion como una materia sobré la cualrel silencio es 'un deber, y la irivestigacíon',ün crímen-. Esta tond.ucta,al paso' que honra el espiritu religioso del país, revela:ull:l verdad política: que tíe– líe el mas estrecho enlace con nuestros intereses generales. Acosrurn– bradósáver con un carácter igualmente sagrado los dógmas de n~s· trasant<l religion, las institucicnes de la disciplina eclesiastica y las doc· \rinas fúndithts solo. en los Intereses recíprocos de lás~~rtes de Roma y del\fadrid; sehaclacificJ.4Q (:01:11.0 un atrevimie ntq ,~andaloso, y cQtll6 ufi"ensay'ode impiedad:.:tqda.. tentativ3ditigida á i~pugn~r los f'.ítl'clpt9~poH'1ico religtosos ~.qu.~ Mn sidqñ'Y!rdádéra~ara,I1!Ja del ~i~~oe;F:'a~~I:l~z:lld:ti:::~N:::ó::re~~o~n~~;,~~:~n~:s,~~~ 't:eron desdeltJego, que no pOdh,ncons~~¡ll'e1Uti~v(j'inundo, st. ~rl~niÍ$mos~edips quek.>hJ'~~dquiridot El célebreesp-. .Rool\J&Q de BorJ;l,que ocupo ".la. .~lloiXttná ~on ~l nombre de ,. "VJ., les enseñó ji sus~o~" ,que ;eraprecIso pasa. r por el para conquistar y 'Collsel 'var.ta· Aménca:. dlas se apr ~v.ec :ba" dt~sta leccion , y sobreau utilídail le ha .{ul)dado lapobt.ea. :.a. suctsl)res de Fernando tbabeI. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.21, 1971

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