Fénix 21, [88-183]

)2 la norma de de los gobernantes , y que en el momento que el go~ hie uo fenece por cualquier causa o ;H:cíJcnte empieza la ~ieda(1¡;'ea.dícndo sus derechos; que este transito se ha l lamado imprcpiamen, anaroula , nombre á mas de quimerice , aterranre para lospueblos lue creen que el gobern<lr es exclusivo a ciertas pe1'sonas é individuos; que no viven sino para obedecer.Para arrojar una espina" i ntrodu– cida eIÍ las carnes, son precisos movimientos convulsivos , pasados lOs cuales la sanidad se restituye con mayor estension y energia. La opinion publica pues, debe "el' la primera base-de uugo– bierno , y de ella deben parrirtodos les dernas canonesqae ]:mp'OItgá'ti'4 c6digo ó carta que ha de dirigir la sociedad, cuidando-de 'que~'óda ella sea análoga a la siguiente maxlma im porrantísima. "La constitueión dd gobierno debe ser tal, que haga producir por operaciones quieras y re– guIares toda la extension de capacidad y de talentos que producen y ha– ceri aparecer las revoluciones ;p0J'que cuando el .afma de una nacion está enlodada por alguna supersticion politica en 'SU gobierno, como 10 es entre otras muchas la monarquía hereditaria, pierde una admira– ble pO,rci9n de sus potencias, sobre todas materias y objetos, descien– de de la escala de Ios séres mentales, se hace apta a ser grande solo en cosas pequeíias, y haciendosefraicion asi misma, sofoca todas las no– bles sensasiones, Sobre este principio que dictan la justicia, la natu– raleza, y la razon se elevará un magestuoso edificio que desafié las pa– siones , y los crímenes, y que en todos tiempos se enseñoree de lbs im– pulsos audaces de hombres inmorales y sin sentimientos de beneficen– cia y, probidad. Correrán las edades y los trastornos que sufra serán mejoras, y rectificaciones: y cuando el siglo que succedarienda su vis– ta 'sobre el que acaba de desparecer) el nieto bendecirá la epoca fe":' liz en que el hijo se complacia y regocijaba. Sea el beneficio publico la base de las constituciones, que la forma de los gobiernos influye mur -oco en la prosperidad de .Ios pueblos, si los principios en <I..ue sé ~'PPya su código no tienen la tendencia que conduce á esta prospe– ridad. Poco importa que la forma de un gobiern.o seademoerarica, si estos principios están amoldados sodre ¡bases de tiranía y-opresion; del mismo modo la monarquia producirá inmensos bienes si son popula.. res, y liberale ssus principios, y aun que para que en la monarquiabrs– lIe la liberalidad, sea necesaria la representacion , y. monarquia : co~ represenracion sea un gobierno excéntrico , sin embargo como larepü– blica sea su escapo y su objeto, es 'm\tcho mas preferible esta á ,la democracia en que la republíca se posponga y desatienda.iPasarea los tiempos de engañar álos hombres con palabras,es necesario va. pl1'lil!' sentarles cosas y hacerles ver que, la rectitud de un gobiernonocont' siste en denorninaeiones , sino en caracteres,' operaciones; y princi~ que despleguen libertad , seguridad, y prosperidad. Han corrido algunos siglos, y se han empeñadograndes,:.¡J~"" tas sobre decidir cual de las formas de gobierno era prereribl~:; ym3it conforme á la felicidad de. las naciones"~onarquias.p~ra los l)an~ paises del Equador, repúblicas para los montes y los adelarrtedes «:n lu~ y costumbres y otras de estas incongruas" teorías, han llamado la ate¡ cion de los. literatos ~ y politicos; llenando al mundo de discordias, cubierto á sus autores de laureles y de execraciones, La 'hj~toria, geografia y 101 viages baten en ruillaestas paradojas , y dicen que bombre del Equador , y el qe los polos, el de los. llanos, y el-qué Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.21, 1971

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx