Fénix 21, [88-183]

r :.J pecialmente e1:egnlar. no otros principios por dive ":", moti. vos qu<: concurrian a Il~ 1;01" iin : la mayor parte' J,: :¡"iJl!al,tc, [,; los claustros eran pe '" ularcs , y su j nteres indí' idu~l .1.:: ;¡ntcrd" (un el 'de la nacion a q•. ]);:;;I¡>1Ye(~n, eXIgia que Il'Ji,.",.sc·¡¡ p,,~ra ene a– dcn ar basta el entepdlmlcnto mismo: otros, educat; dnde su infan– cia en la. escu,efa de los misioneros del rcy , ¡](' ¡""km dc;,a;,i,·sc de aquellas ideas , y. en ~eneral rivalizaban con ~\iS maestros en ,"te re~~ pecto, al, paso, que siempre eran po"t!:"rg.ldf)~, "do P')f ser ;,;\lIl', «aoos. Seriares de la conciencia de los' pueblos, ¡¡lbilros de la e du. a: ion de la juventyd-, ünicos. di&pensadores de ji", aislados cono. .uucut os que poseian; ';os hadan mas hipócritas, '!la: cristianos; ror¡n;,h~\n esclavos por principios, y deetruian los que eran ciudadana; por iuclinacion, prfJi' dicaban el desprendimiento de los ibieues mundanos, no por el ben efi– co xle nuestra~ almas, sino por el de la España y sus auxiliares. Algu– nos varones virtuosos, a excmplo .de. F¡', Bartolomé de las Casas, abo– minaban esta-conducta, vno seiinteresaban menos en el desempe ño de su ministerio, apost6ltco, que en aliviar las desgracias. de los ameri– canos; pero tan pocas excepciones solo servian para que fuese mayor el contraste que formaban con la generalidad. Con tal ascendiente de parte del clero sobre el espiritu de los pueblos, era bien cbvio,que la revolucion enconjraria una sorda pero te .. naz resistencia en los prestigif)s habitualesde la multitud, Todos sabe-, IDOS lo que ha costado el establecer algunas verdades, que estaban ~ .•' diametral oposición con nuestros derechos: pero aun hay muchas que" revelar, si se quiere cimentar con solidez la prosperidadpbblica.l\ este respecto, es preciso sin embargo, obrar con lamisPlll discreción, que en las materias puramente pol íticas : tan justo es precaver el escandalo,' como evitar-la amrquia , el Religro está en los estremos, •.,., hay un medio entre el silencio J' la temeridad. Nuestro Obj-eto por \8hora ha sido. ~':strar la linea que separa el dogma y la moral. del 6ev?ri¡{t:~iu, <te las doctrinas político religiosas, que hasta aquí han for– ¡-.-do parte de, .nuestra creencia. i Mil veces desgraciado el que inten– 'tas~,~xtravíar., á los pueblos de aquellos sublimes principios! peto fe... Jiz~l ql,le de buena fe y con la firmeza de un .parriota , acierte a '$setigañarlos de los errores de -la superstición y de las máximas fa':' IWícas ' de la,teología española. Pueee ser muy bien, que no falteal- " no en quien su zelo tenga roas ascendiente que la razon , .y que ..: alar~ aun de la misma clasificacion, que hemos hecho: si su ani– tpes imparcial , él se tranqui1iz~~ ; y si no lo es, ..entimosque ten- a. que sufrir la pena de su misma culpa. , 'i;~a'sopermítallenos observar,1a'impropiedad de un hecho OCU(.. t' '0 haen esta~apital,y que se nos ha asegu~ado por ,t,' aludirii<tSi , una,' declamacion hecha en la 'cátedra ',' .~~l.edit~,4e" Te1égrafo~que se publicabalt~ • .,Mi ',,', .". puestro prop~to, ni tenemos los da.tos necesa~u~ ~~tni~ )M.-otivos de Ja .. amálga censur:f 'llJt: hizo 3CJUeI 0!l– .d'Qp~ta~os que en elt~o del editor del ~légrafo ',habrl~ • .. ' ()'';,*''~lltj).rida4es cdll$tituidas· yentablaoo la aceron que "."nues,tras deyes.. El",~. ,8. o del reglamento de lrber– ':ta" quetenemos muy p~esente. (por lo que pueda su~ \, Ice:. "no pudiendo ser contl'Oftdída laméral 9ue aprueba to.. iglesia h~mana, por 'loa excepeiea de 1. determinado en el arto Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.21, 1971

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx