Fénix 22, 168-230
192 FENIX sencillos, abreviados, abundantes y el ordenamiento por tOplCOS amplios. Los es– quemas varían considerablemente, de acuerdo a las necesidades de cada bibliote– ca. Clasificar resulta un trabajo sencillo para la persona familiarizada con la his– toria del arte y cabe añadir que, de preferencia, el clasificador tenga estudios en materia de arte. En los sistemas de clasificación, generalmente la primera subdivisión es por el medio artístico, luego por períodos históricos o geográficamente, según con– venga. Así, para arquitectura es preferible un criterio estrictamente geográfico, en pintura y escultura el orden puede ser mixto, geográfico y alfabético por nomo bre de los artistas o histórico y alfabético. Para las artes menores conviene una nue– va subdivisión temática dentro de cada clase, ya sea clasificada o alfabética (des– de Aguafuertes hasta Xilografías) y dentro de este orden cada medio puede cla– sificarse de diferente manera. El empleo del número de clasificación no es indispensable; la diapositiva es muy pequeña y se recargaría de datos si se le asigna un número como el que llevan los libros; para su ordenamiento clasificado basta con la epigrafía. Si de todos modos se adopta el uso de números, han de ser simples y se bus– cará consistencia por la aplicación de constantes para cada país y notación in– terna para los nombres de lugares y artistas. Catalogación: Para la catalogación se puede elegir dos políticas: la pri– mera consiste en intercalar las fichas y su diapositiva correspondiente ya sea ano tes o después de la misma, todo junto en un mismo archivo; la otra sería la ela– boración de un fichero diccionario aparte del archivo del material. En el primer caso la ficha será del mismo tamaño ligeramente más alta que la diapositiva y llevará los datos completos mientras que en la diapositiva van abreviados. En el segundo caso se usan fichas de formato normalizado (75 mm. x 125 mm.) con los datos y signatura de la diapositiva ordenadas por materia. Las diapositivas pueden estar en orden de ingreso. Un método práctico y apropiado para este material es el uso de fichas sen– sibilizadas en las que se reproduce una copia de contacto de la diapositiva. Una forma semejante pero más barata consiste en pegar una copia de contacto de la diapositiva sobre fichas corrientes. Los datos que figuran en la ficha son: nombre del autor - extremos cro– nológicos - título de la obra - medio artístico - dimensiones del original – fecha de ejecución- Colección o museo en que se encuentra - especificación del tipo de toma indicando si es un fragmento y en caso de tratarse de obras con volumen, referir el ángulo de que se ha fotografiado. En caso de usarse signa– tura, ésta irá antes, lo mismo que el epígrafe y el número de ingreso. La computadora se ha puesto al servicio de la biblioteca y entre las hibliote– cas espeoializadas en arte describiremos el sistema usado por la J ohns Hopkins University, Baltimore (1) cuyo método es indicado tanto para fotografías como para diapositivas. Por medio de una copiadora Xerox se imprime la ilustración (1) Kuvshinoff, Boris W. A graphie graphies carel catalog and computer indexo (En American Documentation. V. 18, N? 1, ene. 67, p. 3-9). Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.22, 1972
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx