Fénix 22, 168-230
EL MATERIAL VISUAL 193 sobre una ficha a modo de identificación y luego estas se codifican en la compu. tadora. El sistema codificador permite ponerEc al dia al hacerse perforaciones adi– cionales sobre las ya existentes. Los datos informativos de las fichas, tales como titulo, descripción de la ima– gen y epígrafe, van mecanografiados. La computadora se usa en la preparación de índices, con los datos ya perforados y la misma ficha es apta para la investigación anual. La selección y arreglo del material se realiza sólo con las fichas, sin tocar los originales. Además estas fichas sirven de referencia para los conferencistas. Archivo: Cuando la colección es pequeña se puede prescindir de fichas baso tando con guardar el material en chasis para 10 vistas. Debido al cuidado que re– quiere en el trato, si la colección es mayor, la diapositiva se guardará en gavetas o bandejas especiales con una ranura para cada unidad, o en su defecto, en grave– tas del mismo tamaño de las diapositivas con abundates divisiones que las protejan de la fricción, sobre todo si van montadas en marcos de cartón habrá que tener más cuidado, pues dobladas o con los bordes dcsgastados se atascarían en el pro– yector. El mueble puede ser de metal o de madera. Resulta útil incluir un panel de vidrio opaco iluminado por uno o varios tubos fluorescentes, lo que ofrecerá gran comodidad en la selección de las diapositivas; este panel también puede ir aparte. Proyección Proyector: Antes de decidir la clase de proyector que se va a adquirir, con– viene probar varios a la vez. La elección se hará con cautela, tomando en cuenta los siguientes factores: 1 . Los tamaños de las diapositivas que tiene la biblioteca y los tamaños a que se adapta el proyector. Es preferible tener un proyector apto para varias di– menciones inclusive con un dispositivo para poder pasar películas fijas. 2. Considerar la calidad de la imagen cuya brillantez depende de los len– tes y de la intensidad de los foeos. 3. El sistema de ventilación será bueno, de acuerdo a la potencia del foco. Este es un factor muy importante, pues el recalentamiento malogrará la diaposi– tiva. Los focos de menos de 300 vatios no necesitan ventilación, pero cuanto más potente el foco, mayor será el calor y se requirirá de un mejor sistema de ventila– ción. La brillantez de la imagen depende directamente de la intensidad del foco. Gracias a los sistemas de enfriamiento se pueden usar lámparas de 750 hasta 1,000 vatios. 4. Hay que considerar la facilidad en el manejo. En el mercado se en– cuentran una gran variedad de proyectores, desde el simple proyector manual en el que se coloca una diapositiva mientras la otra se va proyectando, hasta el pro– yector automático a control remoto con carga de hasta 100 unidades. Todo depende de las posibilidades económicas y de las necesidades dc ca– da bibloteca. Se preferirá recurrir a distribuidores conocidos y gastar un poco más para contar con una aparato bueno, adaptable a varios tamaños. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.22, 1972
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