Fénix 22, 168-230
EL MATERIAL VISUAL 209 Proyector: El proyector ha de ser bueno. Su adquisición se hará bajo el aseso– ramiento de una persona familiarizada con esta clase de aparatos. Los proyectores varían de acuerdo al ancho de la película, siendo los más complicados los destina– dos a tamaños mayores como los de 35 mm. o más. Las películas de 8 mm. y 16 mm. son las que se emplean para fines culturales y que requieren de proyectores más simples. Los hay para películas silenciosas y para sonoras, los que se pueden cambiar de velocidad adaptándose a ambos tipos: La película muda tiene perfora– ciones en ambos lados y una velocidad de 16 cuadros por segundo y la sonora tiene las perforaciones en un sólo lado y en el otro la banda sonora y una velocidad de proyección de 24 cuadros por segundo. El proycctor para banda de sonido magné– tica permite añadir a la película sonora de 16 mm. una pista de sonido propia, grabada por uno mismo, siempre con la posibilidad de poder usar la banda óptica. Hay una infinidad de diferentes clases de proyectores, los de varias velocidades, los que se detienen a cualquier instante de la proyección permitiendo fijar la imagen, los que tienen retroceso, etc. Antes de proyectar, verifíquese cuidadosamente el embobinado de la película. La causa más común de las roturas se debe a un embobinado incorrecto. No comen– zar la proyección hasta no estar seguro de que la cinta está bien ensartada en los dientes de las ruedas dentadas. Obsérvese cómo la película corre a través del pro– yector. Las ondas deben ser amplias; si son muy cortas causarán tirantez al pa– sar la película y si son demasiado grandes darán como resultado la falta de sin– cronización entre la imagen y el sonido. Conservación: La máquina ha demantenerse libre de polvo, limpiándola preferentemente antes de cada proyección pues la suciedad en la apertura es la prin– cipal causa de los arañazos. Los lentes también estarán limpios, para ello se usa una escobilla de pelo de camello o, mejor aún, una escobilla especial para lentes. Tam– poco hay que olvidar el aceitado de la máquina, mandarla revisar una vez al año aunque esté funcionando bien y mantener una provisión adecuada de repuestos. Se evitará el trato brusco y si se le tiene que cambiar de lugar, se hará con sumo cuidado. Ponerlo sobre un soporte que tenga la altura adecuada para no tener que recurrir a libros u otros auxilios para levantarlo, porque resulta inestable. Su in– clinación nunca será mayor de 20':. Es mejor que haya una persona responsable del manejo de la máquina evi– tando que la usen personas descuidadas o inexpertas. Carretes o bobinas: Los carretes son de metal, con un enrejado que facili– ta su uso. Son de material resistente a la corrosión, metales no ferrosos ode mate– ria plástica; pueden ser de acero si se han protegido convenientemente contra la oxidación: laqueado estañado, etc. Deben estar en buenas condiciones para que no falle la proyección. Los ta– maños standard alcanzan hasta para 400 pies de película, esto es, 16,000 cua- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.22, 1972
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