Fénix 22, 69-73

UNA OBRA TEATRAL DE CALDERON DE LA BARCA 71 mental ha esclarecido fehacientemente el suceso, en su monografía titulada His– toria del Culto de María en Iberoamérica. Tan prodigioso suceso fue asimismo materia para que otro autor dramático español lo abordara: Tirso de Molina, en la tercera pieza de su trilogía sobre los Pizarro, titulada "La lealtad contra la envidia", vuelve a tocar el tema. Las fuentes informativas beneficiadas por Calderón de la Barca, sobre todo para el primer acto, parecen haber sido los capítulos que el Inca Garcilaso de la Vega dedica a los eventos del desembarco de los españoles en Túmbez; para el segundo acto debió de utilizar el Capítulo del mismo cronista cuyo fragmento pertinente transcribiremos al final del presente artículo, y el tercer acto reco– noce como origen la Historia del célebre santuario de Nuestra Señora de Copa. cobana, escrita por el agustino Fray Alonso Ramos Gavilán, e impresa en Lima en 1621, de la cual extrajo Calderón de la Barca la etimología del topónimo Copacabana piedra preciosa y la tradición de las vicisitudes que sufrió Fran– cisco Tito Yupangui para la hechura de la imagen. Nótese que uno de los pro. tagonistas, el indio galán que compite con el monarca Huáscar por el amor de Guacolda, se llama precisamente Yupangui. Entre paréntesis haremos resaltar que el tema de la devoción mariana radicada en el santuario a las orillas del Titicaca será considerado nuevamente por Fray Andrés de San Nicolás -¿incitado por alguna representación de la obra calderoniana?- en un libro impreso en Madrid en 1663 bajo el encabezamiento de Imagen de Nuestra Señora de Copacabana, portento del Nuevo Mundo, y por un anónimo autor quechua, que en el siglo XVIII escribió un drama religioso, el "Usca Paucar". Veamos ahora cómo brotó en la mente del gran autor barroco el propósito de componer una pieza teatral en la cual se diera cabida al hecho milagroso ocu– rrido en 1536 en el remoto Cuzco. Fue ello con ocasión de las segundas bodas que celebraba el monarca Felipe IV, esta vez con su sobrina Mariana de Austria, que para contraer el enlace hizo su entrada en Madrid en Noviembre de 1649. El deslumbrante cortejo que acompañaba a la futura reina recorrió la calle Mayor de la capital de la Monar– quía, como todo se describió en un folleto, anónimo, pero que se atribuye con m. zones muy convincentes al propio Calderón de la Barca. La publicación que contenía una minuciosa información de las ceremonias se titula Noticia del reci– bimiento i entrada de la Reyna Nuestra Señora Doña María-Ana de Austria en la muy noble i leal coronada Villa de Madrid; apareclO sin lugar ni fecha de impresión. Existe un ejemplar en la Biblioteca Nacional de Madrid. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.22, 1972

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