Fénix 22, 74-161

82 FENIX EL MANUSCRITO DE AYACUCHO El manuscrito del convento franciscano de Ayacucho, es un tomo en 8 Q de 103 páginas, dos hojas preliminares y una hoja final, encuadernado mo– dernamente, 15 x 20.5, 9.5 x 18.5 de caja y 1 cm. de lomo. Actualmente responde a la signatura Vet. 13. El sello de agua del papel del manuscrito presenta una especie de casco que remata en una corona. El centro del cas– co ostenta una cruz y la corona, otra más pequeña. Se lee, también al tras– luz, la marca de sello: CASULLERAS. No hay indicación alguna de la fecha en que fue escrito y aun cuando la letra es de trazos que pertenecen a la se– gunta mitad del siglo XVIII (rasgos de adorno en las mayúsculas y en las le– tras finales, y un particular modo deescr'í:bir la s) quizás puede haber sido escrito a fines de dicho siglo. Tiene enmiendas realizadas con tinta posterior, más negra, o menos borrosa. A pesar de unos rasgos cuidados, el copista no revela gran cultura en su transcripción y ello se nota cuando escribe nombres de la historia o mitología. Incurre en muchas faltas que, en ese momento, ya podían llamarse ortográficas, en palabras correctamente escritas en los otros códices. Por otro lado, parece ser que el copista fue natural de la sierra, por– que a veces confunde las vocales al modo serrano, "ayndiado", como llamaba Caviedes a esta forma peculiar de pronunciación y escritura del español que posee el habitante serrano. La impericia técnica advertida en el copista no merma su fidelilad al contenido textual en la mayor parte de los casos, especialmente en la obra sa– tírica de Caviedes que es en lo que más coinciden las copias. Se abre un interrogante, por cuanto no se tiene por ahora el dato histórico de su muerte, acerca de aquellas poesías a lo divino, de escaso número, que encontramos insertas casi siempre en los últimos folios de los manuscritos y que responden a los caracteres literarios de esa gimnasia poética que ejercitaron con tanta asiduidad como intrascendencia los contertulios del virrey Castell dos Rius. Si Caviedes vivió en el siglo XVIII, que es lo que conjeturo como probable, puede ser que las haya escrito porque quería burlarse, como en otras ocasio– nes, de los falsos poetas. Sin embargo, debe hacerse la salvedad de que el co– pista del manuscrito que se halla en la Universidad de Duke consigna que los versos Sobre las palabras: pulvis pertenecen al marqués poeta. Mientras, tanto esta poesía como otra Al mismo asunto insertas en el códice Valdizán o Los Médicos de Lima (fols. 126 vta.-127 y 127-128) son las mismas que D. Jerónimo de Monforte y Vera y D. Luis Antonio Oviedo y Herrera, Conde de la Granja, recitaron como propias en la reunión del lunes 10 de marzo de 1710, como consta en el acta decimanona de Flor de Academias. Asimismo, las Coplas que acaban con puntos y letras por sí solas, del mismo códice Val– dizán, fols. 126-126 vta., forma una parte de las redondillas que el marqués de Castell dos Rius presentó como suyas en la sesión decimasexta del 17 de febrero. Con fundamento puede afirmarse, que fue Cavieles el autor de mu- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.22, 1972

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