Fénix 23, 5-57
COTEJO BIBLIOGRAFICO DE "LIDA" cedar. Los sentimientos re– lijiosos se despiertan en el alma con gran fuerza y sin pensarlo quizás, elevamos la vista al cielo, el pensa– miento á Dios. 8. Entonces el hombre y el poeta cristiano son un solo ser. Se exhala el corazón en armonia y el alma toda, es un cántico que sube puro, como los primeros rayos del sol, hasta el trono de la divinidad. 9. El oficial cruzó la capilla y fué á arrodillarse ante el altar de María. Al levantarse observó á pocos pasos de él una mu– jer que oraba. Era imposi– ble descubrir sus facciones al través de la semioscuri– dad de la capilla. 10. Esa uniformidad de cir– cunstancias, enjendró en el jóven una especie de sím– patia por aquella mujer. ¡Anjel del misterio y del dolor que demandaba una gota de miel que endulzase Al levantarse observó a pocos pasos de él una mujer que oraba. Era im– posible examinar sus fac– ciones al través de la semi– oscuridad de la capilla. 8 Tal uniformidad de cir– cunstancias hizo germinar en el jóven una especie de simpatía por aquel ánjel del misterio y del dolor. 9. Una de las ventanas, im– pelida por el viento, dejó penetrar un rayo de luz y merced á él, lector mio, po– demos examinar á nuestras anchas á la desconocida. [No podía venir á mejor tiempo esa ráfaga de aire para el oficial y para noso– tros! Sin ella nuestro ro– mance no habria corrido al papel por entre los puno tos de la pluma. 10. La mujer que tan arro– bada estaba en su plega– ria, sin cuidarse de la avi– dez y fijeza con que la mi– raba el oficial, era una hermosa jóven de diezísíe– te años. Llevaba sueltos 15 Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.23, 1974
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