Fénix 23, 5-57

20 FENIX auroras del Paraiso de bea– titud eterna, sintieron el primer hombre y la prime– ra mujer. 4. Retirada del bullicio de la capital buscaba solo goces en el cariño de su esposo: en una palabra, veía la exis– tencia por un prisma dora– do que reflejaba amor por todas sus faces. 5. Abigail la adoraba con ese dulce sentimiento que debe inspirar al niño reclinado en la cuna, la presencia de su anjel custodio. Olvidan– do las amistades y goces con que le brindaba la ciu– dad y vivía contento en la hacienda con Lida y para Lida. 6. Verdadera felicidad de dos corazones juveniles que se habian comprendido fácil– mente! Porque tan es cier– to que el alma tiene su len– guaje mudo, como es ver– dad que el murmullo de un lago, el susurrar de un bos– que son otros tantos idio– mas de la naturaleza. tir el primer hombre y la primera mujer. Retirada del bullicio de la capital, buscaba solo goces en el cariño de su esposo. Veia la existencia por un prisma que reflejaba amor por to– das sus faces. 4. Abigail la adoraba con aquel dulce sentimiento que debe inspirar al niño reclinado en su cuna la pre– sencia del ángel custodio. Olvidando las amistades y goces con que le brindaba la ciudad, vivía en la ha– cienda con Lida y para Lida. 5. Verdadera felicidad de dos corazones juveniles que se comprendian sin hablarse. Porque tan cierto es que el alma tiene su lenguaje mu– do, como es verdad que el murmullo de un bosque y el susurrar de un lago son otros tantos idiomas de la naturaleza. 6. ¡Cuántas veces un suspiro es una historia entera y una lágrima es un poema que no á todos es dado leer! Solo el sentimiento comprende al sentimiento. Vibracion unánime de dos fibras, lenguaje misterioso en que el espíritu habla al espíritu. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.23, 1974

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