Fénix 23, 5-57

38 FENIX 5. Desde este día, la felicidad huyó de este matrimonio poco antes tan dichoso. La desconfianza heria el áni– mo de Abígail, y Lida, ob– servando el poco cariño con que la trataba su es– poso, prefirió encerrarse en un claustro. 6. Melancolica azucena cuya savia era la abnegación! 7. Juventud, placeres, todo lo sacrificó por volver la cal– ma al corazon del hombre que amaba. 8. Si alguno de mis lectores se diríje hoy á la parte S. de la isla de San Lorenzo y se fija en una de las mu– chas lápidas de madera co– locadas al pie de las rocas, podrá leer mas que con ojos con manos la siguien– te incripcion. JACOBO L'HEREMITE pirata halandes 1624. pero la felicidad había hui– do para siempre de este matrimonio poco antes tan halagüeño. El mundo mur– muraba, la desconfianza heria el ánimo de Abigaíl, y Lida corrió á ocultar sus lágrimas en un claustro. 5. Melancólica azucena cuya savia era la abnegacion. Amor, juventud, placeres, todo lo sacrificó por vol– ver la calma al corazon del hombre amado. VIII 1. Muchos años hace que pa– seando el autor de esta le– yenda por el lado sur de la isla de San Lorenzo, se fi– jó casualmente en una de las muchas lápidas de ma– dera esparcidas sobre el terreno y pudo leer mas que con ojos con manos, como diría Zorrilla, la si– guiente inscripcion, calca– da groseramente sobre la tabla: JACOBO L'HEREMITE pirata holandes 1624 Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.23, 1974

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