Fénix 23, 5-57
FENIX minado esta sección de la otra versión. Del mismo capítulo de Lída se saca este pasaje: "La fuerza bruta es Satan; La duda es el abismo; He aqui la tiranía: he aquí la esclavitud. Sin fé, sin amor sereis some– tidos al yugo. La Polonia espera y en la lucha del espíritu con la materia la esperanza es inmortal. La fé! El amor! Faros de luz misteriosa que ilumina el infinito! Yo quisiera cegar mis pupilas en vuestros rayos!" También se eliminó este pasaje de la nueva edición. En una escena de la última parte de la pieza en que el pirata se da cuen– ta de que su amante le ha envenenado me parece que se ha ate– nuado el romanticismo. Esta es la conversación que se ve en Lida. "-Leona ... ¡Piedad... ! -No ... ¡Estoy loca ... ¡No lo– grarás conmoverme. La venganza de una veneciana es terrible. -Leona ... !" Menos emocional y más fría es la amante en Cor– sario. Llevo a la hoja la misma conversación. "-Leoncia! ... Pie– dad! -Cobarde! Has olvidado que la mujer cuando se venga es implacable? y Jacobo L'Heremite ... , cayó lanzando una tremen– da maldícion". En cambio hay situaciones en que el romanticismo está más fuerte en la segunda versión que en la primera. En Lída (VI-17) Palma describe la escena a bordo de la nave del pirata diciendo: "Entonces resonó una carcajada en el fondo de la camara y al lado del capitan se presentó una figura de mujer, descarnada, ves– tida de negro y con las marcas de una frenética locura en su ros– tro". Sale así en Corsario. "Entonces resonó una horrible carca– jada en la puerta de la cámara y al lado del capitan se presentó una mujer, vestida de negro, sombría como la fatalidad y con huellas de una frenética locura en el rostro". (Subrayado es mío). El sintagma "sombría como la fatalidad" comunica un tono ro– mántico aun más subido que el que vemos en la original. Un ca– so muy interesante se encuentra en el capítulo número seis cuan– do el pirata se dirige a Lida diciendo "-Me odias, Lida? Eres injusta. ¡Crees que se puede decir al corazón, te mando que no palpites, te ordeno que no ames? El dia de tu desposorio pasaba disfrazado para Lima; te ví, Lida, radiante de juventud y hermosura y desde entónces [u- 42 Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.23, 1974
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