Fénix 23, 71-127

FENIX Sólo se atendió a los soldados en el tiempo que duró la campaña en el valle. El 20 de agosto ordenó el cumplimiento del decreto del 23 de febrero de 1822, cuyo tenor es el siguiente: "En todos los Conventos de Regulares del Perú funcionarán escuelas gratuitas de primeras letras. El preceptor o profesor debía ser un frayle designado por el Superior de cada convento". Don Faustino Sánchez Carríón, encargado de velar por la inte– gridad nacional, viendo que en Ocopa la mayoría de los sacerdo– tes eran españoles, y en esos momentos se luchaba por la inde– pendencia del Perú de la Corona española, vio que era necesario sacar a los sacerdotes del convento. Por esta recomendación, Bo– lívar, en un oficio cursado en la ciudad de Jauja el día 28 de octu– bre de 1824 dispuso: "Que todos los Padres allí residentes y dependientes de Oco– pa, excepto algún Padre de origen peruano o americano, abandonaran sin la más mínima demora el Convento. Todos los sacerdotes debían ser trasladados al Callao, para de allí embarcarlos a España. La iglesia y el Convento quedaron ba– jo el encargo provisional de Fray Pedro Luque, cura párroco de Jauja, que recibió la comisión especial para mantener el aseo y la decencia que tanta fama habían dado al convento [ ... ] En la planta baja de los claustros se estableció un Hospital General Militar; los Padres al ser expulsados se les prohibió terminantemente sacar ni una sola hoja de papel del archivo, ni un libro, ni alhajas, ni los ornamentos sagrados". Don Juan Pardo de Zela, prefecto del departamento de Huá– nuco, a cuya demarcación pertenecía Jauja, fue el encargado de recibir el convento bajo inventario y hacer cumplir las disposicio– nes de Bolívar. No se sabe dónde se encuentra el decreto de abolición de Ocopa, pero sí el decreto de transformación del convento de misiones en colegio de enseñanza pública 14. "Dado en Canta, 1<: de noviembre de 1824". 14. ESPINOZA SORIANO, W., ob. cít., pág. 140. 98 Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.23, 1974