Fénix 24-25, 117-140
132 FENIX 4.4. En la mayoría de ellas se presenta el problema de la imposibilidad de mantener el número suficiente de ejemplares, especialmente de textos, para servir la función de complementar los trabajos de clases. Este problema de los textos ha sido subsanado en algunas bibliotecas médicas por el Programa de alquiler y venta de textos de medicina de la Organización Panamericana de la Salud (OMS). Se ha comprobado en la universidad donde se ha em– pleado este sistema para otros Programas Académicos un gran interés de parte de los alumnos por obtener sus propios libros. 4.5. En los últimos años ha sido factor negativo para la actualización de las colecciones sobre todo de revistas, las serias trabas establecidas para Ia importación de libros. En el caso de las publicaciones periódicas el mayor pro– blema es la adquisición de moneda extranjera, por tener que pasar la do– cumentación por tantas oficinas administrativas que en muchos casos 110 llega a concretarse por falta de disponibilidad, o si se concreta como ya han pasado más de 6 meses en estas tramitaciones, al momento de abonarse ya se encuentran agotados los títulos solicitados, dando por resultado que las co– lecciones se descontinúen. 5. Locales 5. l. Los locales destinados a bibliotecas en su mayor parte no son tan anti– guos mas sí poco funcionales por no haber sido diseñados especialmente para este fin. En las nuevas edificaciones existentes, salvo excepciones, no se ha too mado en cuenta la opinión de los bibliotecarios. Se puede apreciar que las bibliotecas alojadas en construcciones antiguas deben adaptarse a la es– tructura exterior, sacrificando la adecuada distribución interior y la eco– nomía de los procesos administrativos. En cuanto a las bibliotecas ubicadas en locales modernos, ocurre que en las edificaciones llamadas Ciudades Uni– versitarias no se ha considerado una construcción especial para biblioteca, teniendo que utilizar ambientes poco funcionales e inadecuados. 5.2. Es notoria la estrechez de los recintos destinados a depósitos de mate– riales y salas de lectura. No hay espacio suficiente para el material activo y menos para el pasivo. Existe más de una biblioteca con parte de sus colec– ciones en un local, esperando posibilidades de futura expansión; otras ocupan pasillos, patios y lugares no apropiados, con improvisadas estanterías, que se constituyen en definitivas ante la impotencia y desesperación del biblio– tecario. 5.3. No existen salas de lectura con capacidad suficiente. Cálculos aproxi– mados demuestran que para los 112,000 alumnos matriculados en las univer– sidades estudiadas, en 1972, existían salas de lectura con capacidad solamente para 5,848 personas. Es igualmente alarmante esta realidad si se considera que debe existir el espacio suficiente para acomodar por lo menos una ter– cera parte del estudiantado. Además, estas salas son incómodas y poco atrac– tivas. 5.4. En lo que se refiere al mobiliario y material, la mayor parte de las nuevas bibliotecas universitarias ha tratado de conseguir, de acuerdo a sus Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.24-25, 1977
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