Fénix 24-25, 41-116

56 FENIX hién los hay antropomorfos y zoomorfos. Entre los piruros encontrados hay ocho grupos o conjuntos diferentes, esto hace pensar que cada conjunto repre– senta un número de tejedores. Lo mismo con los pushkas: tres conjuntos dife– rentes con la misma utilidad. Pudo darse el caso que una combinación de– terminada de píruro y pushka tuviera varios significados incluyendo la como binación de colores. También pudieron incidir en la elaboración del produc– to: calidad, grosor de hilo, etc., quizás muestrarios con motivos de teji– dos, etc. Se ha encontrado muchas piedras grabadas en la costa sur del Perú, especialmente en el valle de Ica . Alejandro Pezzia hace una referencia a ellas en su estudio arqueológico de Ica 17. Durante los trabajos que realizaron en Ica Uhle, Tello, Kroeber, Strong, Rowc y otros arqueólogos, no aparecieron piedras grabadas y recién se tuvo noticias de ellas por las ventas que hacían los huaqueros. Esto dio origen a que se pensara que estas piedras no eran auténticas sino simple ingenio de los hua– queros para hacer negocio, incluso se dijo que los instrumentos que se neceo sitahan para grabar los motivos no fueron conocidos por los antiguos y que tampoco los diseños correspondían a las culturas de la región. El Arquitecto Santiago Agurto Calvo, posee una importante colección de pie. dras grabadas, y se interesó por averiguar el verdadero origen de ellas. Hca– Iizó una investigación en la Facultad de Minas de la UNI y comprobó la antigüedad de las piedras; eran andesitas fuertemente carbonizadas, material típico de la zona proveniente de flujo volcánico del mesozoico. Por otro lado, este material pudo haber sido trabajado con cualquier objeto duro (hueso, concha, ohsidiana, etc.}. En cuanto a la forma, se trata generalmente de cantos rodados de tamaño va– riable, desde 3 x 2.5 Y 1.5 cm. hasta 40 cm. como máximo entre las cono– cidas. Los motivos se han realizado por incisiones o rebajando la superficie que rodea a los diseños, en algunos casos se ha aprovechado la forma escul– tórica natural del canto rodado. La decoración consiste en un solo motivo y por una sola cara. Algunos son realistas y sencillos, otros alcanzan gran com– plicación. Los estilos de los diseños hallados hasta el momento son de las culturas Paracas, Nazca, Tiahuanaco, Ica e Inca. Prosiguiendo con sus investigaciones Agurto Calvo halló una piedra labrada en una tumba "en el sector de Torna Luz de la Hda. Callango del Valle de Ica el 20 de agosto de 1966. Correspondiente a la cultura Tiahuanaco Coste– ño" 18. Después de un tiempo, Santiago Agurto y Alejandro Pezzia realizan excavaciones en un yacimiento de Cerro Uhle, en la Hda. Ocucaje, en donde aparece por primera vez un piedra grabada Paracas. Según la describe el Dr. Pezzia, se trata de un canto rodado de forma acha– tada y algo irregular con 7 x 6 x 2 cm., de color gris achocolatado y textura semirrugosa. El diseño que aparece en una de sus caras, parece un motivo estrellado y casi simétrico que podría ser la estilización de una flor. Acerca 17. Pezzia Assereto, Alejandro. lea y el Perú precolombino '" lea, 1968. 18. Oh. eit. p. 96. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.24-25, 1977

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx