Fénix 24-25, 41-116
72 FENIX El Padre José de Acosta, es otro de los cronistas que describe las diferentes clases de quipus a que nos referimos. Encontramos en su crónica 72, lo si– guiente: "Son quipus unos memoriales o registros hechos de ramales en que diversos nudos y diversos colores, significaban diversas cosas. Es increible lo que en este modo al– canzaron, porque cuanto los libros pueden decir de historias, y leyes y ceremonias y euentas de negocios, todo esto suplen los quipus tan puntualmente que admira. Había para tencr estos quipus o memoriales, oficiales diputados que se llaman hoy día quipucamayoc, los cuales eran obligados a dar cuenta de cada cosa, como los es· cribanos públicos aea y así se les había de dar entero crédito. Porque para diver– sos géneros como de guerra, de gobierno, de tributo, de ceremonias, de tierras, había diversos quipos o ramales. Y en cada manejo de estos nudos y nudieos y hilillos atados, unos colorados otros verdes, otros azules, otros blancos y finalmente tantas diferencias que así como nosotros de venticuatro letras y guisándolas en diferentes maneras sacamos tanta infinidad de vocablos, así éstos de sus nudos y eolores sa– caban innumerables significaciones de cosas". Pedro Sarmiento de Gamboa, quien hace referencia a los tablones grandes que hizo pintar Pachacutec Inca Yupanqui, conteniendo la historia del pa· sado de "estos reinos", habla también de la existencia de los quipus y espe· cialmente menciona los quipus históricos, los cuales hace notar que tuvieron el mismo sentido que los tableros, pero que éstos últimos eran realizados por historiadores particulares (cuyo oficio se heredaba de padre a hijo) y no en el mismo sentido difusivo que tuvieron los quipus históricos, es decir, es– tos últimos, decían, eran conocidos por todos los indios, para saber así las historias del Imperio. Sarmiento dice lo siguiente sobre los quipus: " ... para suplir la falta de letras, tenían estos bárbaros una curiosidad muy bucna y cierta, y era que unos a otros, padres e hijos, se iban refiriendo las cosas antiguas pasadas hasta sus tiempos, repitiéndoselas muchas veces, corno quien Ice lección en cátedra, haciéndoles repetir las tales lecciones historiales a los oyentes, hasta que se les quedasen en la memoria fija. Y así cada uno a sus descendientes iha comuni– cando sus anales por esta orden dicha, para conservar sus historias y hazañas y an– tigüedades y los números de las gentes, pueblos y provincias, días meses y años, batallas, muertes, destrucciones, fortalezas y suiches. Y finalmente las cosas más notables, que consisten su número y cuerpo, notáhanlas, y ahora las notan en unos cordeles, a que llamaban quipo, que es lo mismo que deeir raeional o contador", Agrega que en estos quipos hacen ciertos nudos que distinguen por la dife– rencia de colores y formas y así "anotan cada cosa como con letras. Es cosa de admiración ver las menudencias que conservan en aquestos cordelejos, ele los cuales hay maestros como entre nosotros del escribir" n. Observamos qu~ además de los quipus historiales, hace referencia a los quipus demográficos calendarios, estadísticos, de batalla, etc. 72. Acosta, José de. Historia natural y moral de las indias. México, 1962. Libro 6, cap. 8. 73. Sarmiento de Gamboa. Historia indica. Madrid, 1960. Cap. IX, 211·212. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.24-25, 1977
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