Fénix 24-25, 41-116
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS 75 Es natural que los quipus confeccionados por el vulgo fuesen más toscos que los confeccionados por el quipucamayoc. Esto vendría a estar demos– trado con los tipos de quipus que señala Altieri como Cajamarquilla e lea 80 2 . Quipu ideográfico simple, utilizado por un número más reducido de per– sonas (aquellos con cierto grado de instrucción). Las personas con un elemental grado de instrucción sólo sabrán expresar, quizás, algunos centenares de ideogramas, los que también podrían ser re– producidos por medio de las piedrecitas, granos de maiz y rayas de colores. Las personas de mayor cultura, como los miembros de la nohleza (gran par· te de los cuales desempeñahan cargos públicos) conocían un mayor número de ideogramas, quizás algunos millares, que consignaban en quipus de más colores y con mayor número de cuerdas 81. Los quipus tanto los más simples como los más complicados, fueron em– pleados por homhres y mujeres. Los cronistas hacen mención de ello, e in– cluso el hecho que en las escuelas de la nobleza y en los Acllahuasis se curo saban años de estudios a base de quipus. 3 . Quipu ideográfico perfecto, era conocido por un pequeño grupo de amau– ras y quipucamayocs, especializados en redactar "las crónicas de sus reyes u otras cosas de mucha importancia" _ Estos quipus estaban compuestos de mayor número de colores y series, contenían un inmenso número de ideo– gramas, cuyo conocimiento se conseguía a través de muchos estudios, dedi– cándose primero al aprendizaje de la lectura y luego al de la escritura. Fue– ron muy expertos los quipucamayocs y ésto lo lograron no sólo por la en– señanza recibida en las escuelas de amautas sino que, dentro de esto, algo más aún fue el heeho del carácter hereditario del cargo, teniendo a sus pro– pios padres como maestros 82. Las referencias de los cronistas y los posteriores estudios científicos de los quipus han dado como resultado un material que ha servido para ilustrar el sentido de los quipus, las diferentes clases que existieron, las eategorías en todo orden, así como lo referente a las personas que lo utilizaban. Cabe des– tacar dentro de esto, que no se encuentra que los quipus hayan tenido un fin religioso. Solamente en una que otra referencia de crónicas, como en el caso del Padre Aeosta, cuando describe que unos viejos, entre ellos una mujer, trajeron sus confesiones en quipus y piedrecitas de colores, lo eual no es prueba suficiente para afirmar que existieron quipus con este sentido religioso como fueron los signos e inscripciones vistos en el capítulo ante– rior . Lo cual probaría que existieron dos tipos o sistemas de escritura, con fines muy diferentes el uno del otro, y que a su vez fueron también siste– mas distintos. Uno de ellos y el más antigüo tendría un sentido de espiri– tualidad, creencias religiosas, mitos, relacionados a todo ello que va más allá del hombre y que ocupa la vida no material. El otro sería para todo 80. Radicati, Carlos. La "seriación" '" p. 86. 81. Ob. cito p. 86. 82. Oh. cito p. 86·87. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.24-25, 1977
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